[MATEO]
“Muero por besarte”, esas son las palabras que quedaron atragantadas en mi garganta cuando el mesero nos interrumpió y, a decir verdad, debería agradecerle por haberlo hecho. Su interrupción dio tregua a que el incendio que llevaba por dentro mientras ella me decía todo aquello se extinguiera, pero al parecer las brasas aún no se apagan del todo porque ahora la veo jugando blackjack desde atrás de la silla donde está sentada como toda una experta y oler su hipnotizante perfume me vuelve loco.
—Deberías redoblar la apuesta. — digo observando las cartas que tiene y gira su rostro un poco para verme haciendo que la distancia entre nuestros labios sea muy poca ya que estoy inclinado hacia ella.
—Es tu dinero, ¿seguro que quieres eso? — me pregunta mirándome fijamente y asiento.
—Re
