[JULIETA]
Quizás bailar con Mateo se ha convertido en una de mis actividades favoritas en estas poco más de 48 horas, tal vez es la manera en la que me sujeta a su cuerpo, o probablemente su exquisito aroma mezclado con sus expertos pasos, no lo sé. La única certeza que tengo es que nos movemos al ritmo de la música y sentir su mano en mi espalda es toda una tentación que a cada instante se hace más grande. —¿dónde aprendiste a bailar? — le pregunto al oído mientras hace que giremos y sigamos moviéndonos.
Él mueve mi cabello a un lado y lo siento más cerca de mi oído —en una academia. — me confiesa y al parecer, Mateo Montenegro también es una caja de sorpresas.
Alejo mi rostro tan solo un breve instante de él y lo miro —¿de verdad? — cuestiono y si, es inevitable no estar sorprendida
