No soy un novato en la materia del sexo, pero si en el hecho de estar con otra mujer que no sea ella, y esto es algo que Ainara pareciera darse cuenta cuando su espalda entra en contacto con el colchón y yo me acomodo sobre su cuerpo. Esa mirada oscura se fija en mi mientras que sus dedos se enredan en el final de mi cabello, y me sonríe —¿Estas nervioso?— Murmura cuando mis dedos rozan su espalda. —¿Se nota?— Pregunto y la manera que se muerde los labios es increíblemente provocativa. Lentamente levanta un poco su cabeza para acercarse a mis labios y me besa haciendo que mis sentidos se disparen —No muerdo… o tal vez si, ¿Quién sabe?— Bromea y besa el puente de mi nariz —Disfruta, no pienses tanto— Me pide y dicha estas palabras, voy hacia el broche de su sujetador, y se lo desabrocho m