Los hijos de Mario sonreían muy contentos al ver al amigo de su padre con su esposa y sus hijos, a ellos solo les quedaba unos días en esa hermosa mansión.
Ese día no habían podido ir a las clases de equitación así que el amigo de su padre el multimillonario les trajo unos caballos para que pararán por sus tierras.
Habían pasado la mañana con su madre paseando y se detuvieron a merendar bajo un frondoso árbol.
Y acababan de regresar cuando vieron a su padre muy conmovido observando a su amigo el multimillonario Gregor Lorutto con su esposa y sus hijos llorando y riendo de lo felíz que estaba.
Mario su amigo se alegraba mucho de que antes de que él y su familia regresaran a su tierra, su amigo Gregor tuviera de nuevo en su vida a la mujer que adoraba y a sus pequeños y hermosos hijos.
