Arrepentido
1189 Words
Su padre había salido de su departamento muy desilusionado de su hijo y muy indignado con su conducta, no solo por el trato que le daba a su esposa engañandola con otras mujeres, sino al abandonarla y a su hijo cuando más lo necesitaban.
Gregor aún seguía en la cama junto a la "amiga" de su esposa, y en su cabeza sonaban fuerte las palabras de su padre.
Magda, podría estar muerta en esos momentos y su hijo se habría quedado sin madre y él sin su esposa
Las emociones eran un río desbordado en su interior, no sabía que sentir exactamente, porque todo se resolvía en su cabeza.
La culpa, la vergüenza, el miedo, los sentimientos que le despertaba Magda y los que decía no sentir.
Su cabeza era un lío.
Tanto que por su mente pasó el recuerdo de Susana y su culpa por dejarse llevar por la ira y haberla violado, él la forzó a quedarse a su lado, Susana Porter había significado mucho para él, pero desde que se casó con Magda lo único que lo perseguía por Susana era la culpa.
Se soñaba ante Susana pidiéndole perdón.
Magda era una mujer muy dulce con él y muy pero muy tolerante; esa mujer realmente lo amaba.
Pensaba y recordaba mientras su cuerpo no parecía querer mover ni un músculo.
De pronto su silencio fue interrumpido por la mujer que estaba desnuda a su lado.
¡Gregor mi amor por fin vamos a poder estar juntos! Si Magda está muerta quedaste libre y...
¿Libre? ¿Te estás escuchando a ti misma? ¡Magda es tu amiga!
¡Magda y yo nunca fuimos buenas amigas! Además ella ahora está muerta y nosotros aquí..
¡No existe un nosotros! ¡Nunca a existido un nosotros! En este departamento han entrado muchas mujeres; O qué, ¿creías que solo dormía contigo?
¡La mujer que me gustaba y me ofrecía placer pasó por la misma puerta por la que entraste tú!
¡Al igual que Magda! Dijo la mujer indignada Ella entró por esa misma puerta y la tomaste como diversión, solo que ella fue más lista y se embarazo de ti...
Ella se garantizó un matrimonio contigo, un matrimonio forzado porque ella sabía que jamás iba a conseguir que tú la amaras, te gusta demasiado el placer y la libertad Gregor...
Y yo te ofrezco eso Gregor, ¡tomalo! Y no pienses en nada más... Ella ya murió, ¡lo demás no importa!
Felicia, ¡mi esposa no está muerta!
¡Claro que lo está! Escuchaste a tu padre decir que ella está casi muerta..
Un casi en una verdad 50 a 50; ¡Y yo no creo que Magda este muerta!
Lo que tú creas no importa Gregor, ella morirá y tú me tienes a mí, por ti yo sería capaz de todo...
Puedo verlo Felicia; no te importó lastimar a tu amiga metiéndote con su marido...
¡No! Y me importa menos ahora que está muerta, tu padre se hará cargo de tu hijo y tú podrás vivir conmigo.
Yo te prometo Gregor una vida llena de placer, noches de desenfreno y tú..
¿Sabes una cosa Felicia? ¡Nunca me sentí tan sucio como ahora!
¡No me vengas a decir ahora que descubriste que amas a Magda! Porque eso no te lo creo...
Un hombre que ama a una mujer no la traiciona con cuanta mujer le de placer...
Eso es algo que a ti no te importa, ¡lo que yo sienta por mi esposa no es asunto tuyo!
¿Tu esposa? Magda a sido una carga para ti; y ahora la vida te hace libre de ese peso..
¡Ella nunca a sido una carga!
¿Ah no? Dime, ¿alguna vez disfrutaste con ella lo que disfrutaste conmigo?
¡Muchas! Magda sabe amar...
Pero yo no...
El rostro de Gregor cambio terriblemente, pero no por ira, se llenó de tristeza.
Ella me ama y yo nunca valore su amor, Magda sabía de mis aventuras y siempre estuvo allí cuando desee amor, ella se entregaba a mí con ternura y pasión ...
Pero yo no quería sentirme tan bien a su lado, evitaba desear esa miel; como un idiota la evadia; Magda me hacía sentir deseos de amar...
Ella se merecía otro hombre y no enamorarse de un infeliz como yo...
¡No te culpes! Gregor mi amor ella ya está muerta déjala en el pasado y mira nuestro futuro juntos...
¡No tienes corazón Felicia! ¿No escuchaste lo que dije? Yo Gregor Lorutto, un imbécil traicionero, ¡me escapaba con otras mujeres para no enamorarme de mi esposa!
¡Y creo que me enamoré de ella!
Por eso me encantaba hacerla mía, porque ella era mi complemento perfecto.
Pero tengo un peso encima que no me deja tranquilo y por eso nunca le pude dar la cara realmente a mi esposa.
¿Quieres escuchar algo irónico? Me estoy dando cuenta ahora que estoy contigo, su farsante amiga, que yo la amo a ella...
Magda no ha muerto y sabes porque lo digo; ¡Por que lo siento aquí adentro! Ella sigue viva y yo lo sé porque la siento...
¡No puedo creer nada de lo que dices Gregor!
¡Pues creelo Felicia! Y marchate de aquí y de mi vida, tú eres el último de mis más grandes errores...
¿Y qué vas a hacer después de abandonarme? ¿Correr a ella? ¿Crees que si ella sigue viva va a perdonarte que estuvieras conmigo y no a su lado cuando más te necesito?
¡Tu padre te odia por lo que hiciste! ¡Por encontrarte conmigo!
¡Sal de aquí!
¡No! Yo soy tu mujer...
Mi mujer y mi esposa es Madga y no tú... Así que vístete sino quieres que yo arroje tus cosas afuera y te tengas que vestir en el ascensor.
¿No serías capaz?
¡No me provoques!
Asustada Felicia por la mirada de Gregor, tomó su ropa y se vistió rápidamente saliendo del departamento poniéndose los zapatos.
Gregor decidió llamar a la casa de su padre y preguntar en qué hospital tenían a su esposa y una vez enterado fue a verla.
Al llegar su padre no estaba allí, causándole un gran alivio, preguntó por su hijo y fue a verlo. El pequeñito estaba bien y muy sano, no había ningún problema con el bebé.
Luego lo llevaron con su esposa y al verla Gregor se desplomó.
¡Perdóname Magda! ¡Lo siento tanto! He huido de una culpa que no me deja y te estoy perdiendo a ti también.
Te doy sincero, me casé contigo obsesionado con Susana, pero luego tu cariño y tu dulzura me fueron ganando y tuve miedo....
Miedo de amarte, de entregarte el corazón y hui de ti, de lo que yo estaba sintiendo por ti...
¡Perdóname! Magda perdóname..
Gregor lloraba arrepentido ante el cuerpo inerte de su esposa, ella se veía muy pálida, pero él podía sentír que su esposa seguía con él y que no se iría dejando solo al hijo de ambos.
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