CAPÍTULO 2 | LA BODA I

1273 Words
| 1 AÑO y 8 MESES DESPUÉS | | LA BODA I | Los aviones de las tres familias principales de ese evento estaban aterrizando al mismo tiempo en el İstanbul Havalimanı (aeropuerto de Estambul), la gran ciudad le daba la bienvenida a quienes estarían en el evento más importante y privado de toda Turquía. Alexandra y Serkan por fin iban a casarse, cumplirían su sueño de estar juntos y por eso Montserrat no puso negarse a ser su madrina de bodas y tampoco puedo oponerse a que Alexei lo fuera, solo Serkan tenia la potestad de escoger a su padrino y aunque hubiese preferido que escogiera a alguien más, no pudo resistirse a los ojitos de su prima, quien le rogo que aceptara la decisión de su futuro marido. El problema no radicaba en que fuera o no el padrino, sino que tendría que permitir que ingresara a Italia, dado que las reglas eran claras, al pertenecer a culturas distintas tendrían que casarse en dos bodas para respetar cada una de las tradiciones y así sus hijos no tuviesen problemas al momento de la sucesión. La Regina, fue la última persona que salió de su avión, lo hizo con lentes de sol, su cabello antes rizado, estaba alaciado haciéndolo lucir mucho más largo, estaba vestida de blanco, haciendo que su piel de viera tan tersa y suabe como el la recordaba, Alexei no dejaba de mirarla, y ella no le dedico ni una sola de sus miradas, estaba tan orgullosa como siempre, lo que lo hizo sonreír, esa mujer seguía siendo el mismo ser que tanto le encantaba, ambos terminaron de bajar y para su sorpresa Serkan los esperaba. - Bienvenidos a mi amada Turquía, sean ambos bendecidos por Alá. La sonrisa en el rostro del Capo era única, nunca ninguno de sus hombres lo había visto tan feliz. - Cualquiera que te viera diría que esta es tu primera boda amigo mio, es más no estabas tan feliz en tu primera boda. Alexei, siempre buscaba la forma de incomodar a su amigo, sobre todo por el volátil temperamento del hombre que siempre terminaba echando chispas. - No me amargaras el día, esta es la primera boda a la que en realidad quiero asistir como el novio. Todos se rieron, no era mentira, su primera boda fue arreglada y un completo fracaso – Querida Regina muchas gracias por su presencia, es para mi un honor tenerla, bueno tenerlos a ambos aquí, usted no solo es la prima y cabeza de la que pronto será mi familia política, eres mi amiga y no sabes como agradezco que hagas esto. Miro de reojo al ruso, quien sabia a lo que se refería, no era nada nuevo que ella no quisiera verlo o estar en el mismo sitio que él. - Alexandra es como una hermana para mí, ustedes han sufrido mucho para estar juntos y yo no fue capaz de resistirme a los ojos de borrego de Ale, digamos que mis hermanas saben como manipularme. Ella estaba muy seria, de hecho, ni se quitó los lentes. Una vez terminaron de hablar los hombres se subieron a una lujosa camioneta mientras que Montserrat se fue en otra, lo mas común era que viajaran juntos, pero dadas las circunstancias era mejor no aprovecharse de la gentileza de la Regina. El camino hasta la mansión era algo largo, no estaba precisamente situada en la zona urbana, la enorme casa de mármol, que se asemejaba a una hermoso y antiguo palacio turco, estaba a una hora y media de camino desde el aeropuerto, tiempo que el ruso utilizo para hablar con Serkan y tratar de sacarle la mayor cantidad de información posible, el turco no era muy conversador, pero cuando se trataba de Alexei las cosas cambiaban un poco. - Supe que te casaras a finales de año con Katerina, en buena hora. - No creo que eso suceda si quieres que te sea franco. - ¿Por qué no?, los ancianos ya deben estar pidiéndote que te cases y des herederos que sostengan tu dinastía. - Si los están pidiendo, solo que no me casare con la persona que ellos escojan, tengo muy claro a la mujer que quiero que comparta mi cama. - Montserrat no puede y no será tu esposa, sabes perfectamente que lo que sucedió la alejo por completo de ti, sin que te enojes te diré que fuiste un completo idiota uno que se le olvido que no es el único que tiene como sobrevivir sin un apoyo. - ¿Crees que no lo sé?, verla hoy me hizo comprender que jamás voy a poder dejar de a y que todo mi mundo se pone ante sus pies así me odie, bucare la forma sé que habrá una forma en la que ella y yo volvamos a estar juntos, porque por muy ridículo que esto suene no puedo vivir sin ella, todo este tiempo me la he pasado convirtiendo mi imperio en una fortaleza una que hasta a recubierto mi corazón y no ha dejado que otra mujer entre en mi vida. - No sabes como lamento eso amigo, aun más al saber los planes que ella tiene. - ¿planes? - La Regina se casará en tres meses, su boda ya esta planeada. Le tiro unas fotografías al regazo – Él es Daniel Pacinelli, un importante empresario italiano que la ha cortejado por más de un año y quien hoy ostenta el título de su prometido, no me preguntas si lo ama, aunque yo diría que no, no tiene en sus ojos el mismo brillo que tenia cuando estaba contigo, pero es oficial se casaran, al igual que tu ella tiene el deber de dar herederos. Alexei no pudo evitar sonreír, prácticamente soltó una enorme carcajada y le entrego las fotos a Andrew que estaba a su derecha en el auto. - Issleduyte yego, ya khochu znat' o nem khot' maleyshuyu detal', vse (Investigalo, quiero saber hasta el más mínimo detalle de él, todo). Serkan abrió los ojos, mostrando su confusión. - Chto ty delayesh'? (¿Qué haces?). Alexei bufo y se inclino hacia delante colocando sus codos en sus rodillas para quedar más cerca de Serkan con una pose que le daba ese aire imponente. - Kak ty dumayesh', chto ya delayu? YA gotovlyus' k voyne (¿Qué crees que hago? Me preparo para la guerra) - Voyna, Kakaya voyna? (Guerra ¿Cuál guerra?) - Ay amigo, la que librare por Montserrat, me conoces bien, amo a esa mujer y soy muy orgulloso como para perder, muy celoso como para dejarla estar con otro y demasiado posesivo como para dejar que alguien más pose sus manos sobre ella, pueda que ya la haya tocado y si descubro que fue así, después de hacerla mi esposa matare a ese bastardo, nadie, escúchame bien Serkan, nadie se casara con ella a menos que sea yo, eso puedo jurártelo. La ironía en los ojos del ruso nunca era algo bueno, utilizaba el sarcasmo como una forma de amenaza mortal que casi no se entendía, pero que era cruda y real, el pobre italiano sufriría si había tocado a Montserrat y ella no tenia ni la menor idea que había cometido un grabe error al dejar que otro hombre posara sus ojos sobre ella, era momento de que comprendiera porque todos le temían al líder de los Zakone, él no era un cual quiera, era el Capo Ruso, el dueño de más de media Europa y si alguien se interponía entre él y lo que quería solo le espera un destino, LA MUERTE.
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