CAPÍTULO 18 | FAMIGLIA I

1611 Words
La cena estaba yendo demasiado bien para el gusto de Alexei, el silencio y que no se quejaran no le daba del todo una buena espina, ya que sabía que todos en esa familia tenían opiniones sobre todo lo que ocurría a su alrededor y sobre todo si los involucraba de alguna forma, además, que la forma en la que Mauridcio lo estaba mirando le generaba un gran descontento. No esperaba que todos lo amaran y aceptaran como en el pasado ya que eso sería hipócrita de parte de todos incluso de la suya, ya que, de alguna manera lo ocurrido había hecho brechas entre ellos que no cicatrizaban de todo, por ello el silencio iracundo de la mesa estaba que lo enloquecía. - Jocelyn, me alegra mucho verte recuperada y saber que has podido recuperar tu posición. Aquello lo dijo sinceramente, respetaba a sobre manera a las “sabbia mobeside”, pero también tenía un doble sentido, el Demonio Lombardi se caracterizaba por detestar que otro hombre le dirigiera la palabra a su mujer, por ello desde que se supo de su relación todos los guardias la trataban como si fuera una de las señoras de la casa, les molestaba de cierta forma que le dieran privilegios que a las otras no, pero eran pequeñas ventajas de ser la dueña del corazón del único barón vivo de la dinastía Lombardi, no obstante, por conocer los impulsos y arranques de rabia del señor preferían agachar la cabeza y no decir una sola palabra ni buena ni mala hacia ella. - Gracias Capo, me alegra verlo aquí nuevamente, yo … Las palabras de Jocelyn se vieron interrumpidas al sentir como su mano era sujetada sobre la mesa por la de su esposa, toda la pequeña mano de la Generale entraba a la perfección dentro de la palma del italiano que era enorme y tosco, la apretó con algo de rudeza haciendo que ella lo mirara y reprendiera con la mirada. Desde que se había convertido en su prometida tenía casi que prohibido siquiera asentir a otro hombre, sus celos eran enfermizos y su posesividad desbordante, podía matar a cualquiera que considerara que le estaba faltando el respeto, a elle le encantaba todo lo que le estaba pasando y sobre todo que pudiesen estar justos, incluso aquellas actitudes le generaban cierta gracia al igual que a sus sobrinas, ya que nadie en el pasado hubiese podido imaginar que Mauridcio podría llegar a proteger de aquella forma a una mujer. - Mi prometida no necesita que le digas que te alegra que está bien, o que siquiera menciones el hecho que mantiene su posición Alexei. El ruso bufo, había logrado lo que quería hacer que hablara. - No lo hice para ofender, en realidad me alegra que Jocelyn este bien y que pueda… - Señora Angelucci. Con aquellos fue interrumpido el Capo y vio como las fosas nasales del italiano se abrían y absorbían aire como si fuese un toro bravío – Así es como los hombres que no sea yo deberán referirse a ella, porque eso es lo que será en unas semanas. - Creo que se esta confundiendo tío, no estoy coqueteando con quien será mi tía política en unos meses, si s ele olvida le recuerdo que me casare con la regina de la Famiglia y que soy el padre d ellos herederos de esta casa. Alexei miro a su prometida ay vio lo divertida que estaba, incluso su cuñada estaba que no podía aguantar la risa – Pero si me permite ser sincero lo único que deseaba era romper el tétrico silencio en el que estaba sometida esta cena, se que todos y sobre todo usted tiene una opinión con respecto a mi relación con Montserrat y en cuanto a nuestro matrimonio igual. Todo se torno un poco más serio con aquellas palabras. Todos no solo él había notado la atención que su tío estaba guardando y eso no era nada bueno en el lenguaje de los Angelucci, no eran personas tolerantes y mucho menos discretas por lo que el silencio del mayor de la Famiglia solo podía ser el reflejo de una ira que no quería desatar solo por no lastimar a alguien que quería, y lo más probable era que ese alguien fuese su sobrina Montserrat. - Tienes razón, no estoy de acuerdo con su matrimonio, pero también sé que no puedo oponerme a eso, es lo mejor para ustedes, pero sobre todo es lo mejor para mis sobrinos y si sus vidas se verán beneficiadas con su unión yo la acepto. Las miradas que se estaban lanzando era como de muerte, si esos ojos pudiesen arrojar balas el comedor de la mansión ya estuviese lleno de agujeros – Pero, eso y el hecho que mataras al padre de la mujer que ordeno la muerte de nuestro Gabrielle no es sinónimo de que perdone las insolencias con las que saliste hace más de un año, se que eres un Capo y que estas acostumbrado a que te guarden respeto, pero debes comprender que la muer que tienes a tu lado y que será tu esposa también es un Capo, ella no te necesita para ser quien es. - Lo sé, ella es y será una Regina con o sin mí, eso lo sé tío. - Parece que la última vez que estuviste aquí se te olvido, o ya no recuerdas como entras a esta casa, como le hablaste, la gritaste y trataste como si fuese una mujer cualquiera, no me pidan que este feliz de una unión en la que mi sobrina no esta siendo respetada, cuando me demuestres que eres consientes de quien es ella y de su posición, quizá me puedan ver con una sonrisa por su unión. - Lo comprendo, y créame jamás antes en mi vida le había dado la razón a alguien como lo haré en este preciso momento, tienes razón, yo me deje llevar por la ira por la rabia, no sabia lo que en realidad había sucedido y los miembros de mi consejo nunc ame han mentido, ellos también fueron engañados y me dieron la información falsa que a ellos habían recibido, al aterrizar aquí deje en Rusia una completa locura, yo no sabía que Gabrielle había muerto y se que la muerte de Braulio no les ayuda en nada a sentirse mejor, por eso le cumpliré a Montserrat algo que me pidió y espero con eso ganarme un poco de su aprecio. Alexei se refería a la muerte de Katerina, y no, no era que necesita la simpatía de la Famiglia, pero conocía de la importancia que cada una de las personas allí sentadas y que Alexandra y el mismo Serkan representaban para quien seria su esposa y no quería iniciar una vida bajo las peleas y los conflictos, deseaba una vida tranquila y sobre todo por sus hijos. Mauridcio Angelucci es el tío de sus hijos, crecerán viéndolo también como un ejemplo y un modelo a seguir y deseaba que fuese a Rusia, que la sintiera como su casa y que sus herederos tuviesen lo mejor de ambas familias. Él había crecido en un ambiente totalitario donde era poca la libertas que se le permitía tener y no deseaba eso para sus hijos, sobre todo en cuanto a su familia, porque si había algo que envidia a esos italianos era la fortaleza y la unión de sangre que siempre mantenían. La cena termino con un Mauridcio un poco más calmado y un Alexei que ahora conocía que quizá nadie quería que su matrimonio se diera, pero que no se oponían porque no tenían la autoridad para hacerlo, sin embargo, él quería una boda como la de Serkan y Alexandra, todos la habían disfrutado y mostrado una verdadera felicidad por su unión y comprendía que para lograr eso solo tenía que darles lo que deseaban y merecían, venganza, una que en realidad los hiciera sanar la herida que las hieles del frio de Rusia le habían provocado. Aquella noche volvió a la habitación de su prometida, mientras ella tomaba un baño el tenia a sus hijos en los brazos acurrucándoles y dándoles su calos, esa era la imagen más linda que los ojos de ella habían visto. Al salir de baño lo vio sentado en la cama con la mirada ida en el rostro de sus hijos mientras los arrullaba contra su pecho desnudo haciendo que los bebes sintieran de primera mano el calor de su padre, aquella era una imagen que atesoraría por siempre y que mantendría en su corazón. Esa era su Famiglia, una que debía proteger y defender como una fiera, y sabía que no sería sencillo, el trabajo de ninguno de ellos dos era sencillo y sus hijos corrían el riesgo de quedar huérfanos en cualquier momento, porque si algo era cierto era que lo único que ellos tenían seguro en su mundo era la muerte. Salir con vida de casa era un privilegio, pero regresar con vida esa era la verdadera bendición de Dios. Se recostó contra el marco de la puerta y decidió darles su espacio, le dolió, sintió como su corazón se encogía por el tiempo que les había quitado solo que para ella eso era lo mejor y lo más sano para sus hijos y como toda madre solo actuó en pro de la seguridad de sus hijos, justo cuando estaba por acercarse a ellos, vio como Alexei levantaba la mirada y la veía fijamente y le sonrió, una sonrisa sincera y hermosa que le dio lo que le faltaba para comprender que su lugar era junto a él y punto.
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