Emma no responde, intenta salir a flote a pesar de las olas que parecen empujarla más lejos del catamarán. Jay rápidamente toma su cuchillo, con él que suele limpiar su tabla y lleva a todas partes y corta las correas que atan el bote de seguridad del catamarán, esperando que el mismo caiga cerca de ellos. Mientras que él se lanza hacía dónde vio a la rubia por última vez, para poder llevarla a salvo al bote que ya se encuentra flotando a pocos metros de ellos. —¡Move tus piernas, Emma!— Le recuerda. Tenía admitir, cómo primera medida, que se encontraba desesperado, y que por sobre todas las cosas, había hecho un gran trabajo al poder salir del estado de shock en el que se encontraba al saber que prácticamente toda la responsabilidad de que la hermana menor de sus tres mejores amigos e