Isabel insistió tanto en que la acompañará al valle de Napa, ese lugar me trae recuerdos con Mónica, fueron muchos los fines de semana que compartimos ahí, me encantaba verla como se desemvolvia en los viñedos definitivamente tenía talento para eso, ella era feliz en ese lugar. Me rehuse a ir pero Isabel dijo que le hubiese encantado que nuestro hijo fuese a ese lugar, que ella lo quería conocer por qué se imaginaba al niño corriendo por ahí no pude evitar crearme una imagen pero no de mi hijo con Isabel, si no mis hijos con Mónica, en definitiva hubiesen amado tanto ese lugar como su madre, me sentí culpable por no imaginar al hijo que perdí y terminé diciéndole que si iríamos a Isabel. Conduje seis horas hasta el valle, queda algo retirado de Los Angeles. Asumí que visitaríamos algún