Luego de asimilar lo que había sucedido y salir de mi trance, me acuesto en el sofá tomando una de sus mantas, misma que tiene su aroma. Olisqueo colocándomela encima y trato de controlarme viendo la puerta abierta de su habitación. Porque mi instinto me grita que entre, la despierte y me la devore por completo a pesar de romper todas mis reglas internas en cuanto a ella. ―Estoy mal, terriblemente mal ―gruño para mí cubriéndome el rostro con la manta resignándome. ** Me remuevo al sentir la cola peluda del gato de Katrina pasándola con descaro por mi rostro gruño apartándola de un manotazo, abro los ojos viéndolo encima de mí con sus ojos verdes más parecidos a un réptil y su mirada de que me quiere asesinar por besar a su dueña. ―El sentimiento es mutuo ―gruño haciendo ademán de qu