La sociedad había avanzado demasiado, los omegas eran tratados como iguales ante esta, ya no eran vistos como clase baja. Tanto, que era de lo más normal ver pareja de Alfa y Omegas.
Omegas dedicados al hogar, y los Alfas proveedores. Omegas pariendo y criando niños y los Alfas dedicados al trabajo. Siglos y siglos de un rol establecido. Por lo que aquel matrimonio no sería la excepción.
20 años de relación, 20 años de hacer lo mismo. Cada día que regresaba del trabajo, fumaba, cenaba y luego cumplía los deberes a su omega para volver a comenzar. —Debe dejar de fumar, y comer más saludable, ahora está sano, pero más adelante le pasará factura a su cuerpo. Piense en sus hijos, en su esposo. ¿Cómo estarán ellos si usted se muere?, ¿cómo quedaran?, ¿acaso se quiere morir?, ¿dejara a su Omega desprotegido?.
Esa noche no dormi, pensando en las palabras del Doctor ¿Acaso me quiero morir? No no queria. Solo queria buscar como quitar aquella sensación de vacio que atocigaba mi mente, mi cuerpo mi alma, me sentía insatisfecho. Habia algo, deseaba algo y no sabia ¿Qué?
Incompleto, como un rompecabezas que habia perdido una pieza, le faltaba algo, pero ¿Qué?. Al despertar solo intento seguir su vida de constumbre, pero no pudo.
Intento agarrar el cigarro y este se le caí de sus manos, había llegado a su límite, por más que intentara agarrarlo este se le escabullía y cuando al fin lo logró quedo atónito ante su propia realidad. Ahora que lo pensaba, si sabía lo que deseaba, lo que le faltaba, lo que necesitaba. Viendo la billetera donde tenía la foto de su esposo y sus 3 hijos, 3 omegas a quienes jamás disfruto por trabajar todo el día.
Si moria, jamás llenaria ese vacio, debia ser valiente de una vez, dejar de ser un cobarde, ser sincero de una vez. Acabar con esa farsa de que nada pasaba, el no estaba bien y debia aceptarlo.
Fui al medico, y desahogue toda mi angustias, toda mi desesperación, todo lo que deseaba y no podia conseguir lo que mas anhelaba, mi más imposible deseo. —No es imposible, si se lo propone y se cuida le ayudaremos a llevarlo a cabo, a que pueda cumplirlo.
Le dare una dieta estricta y nada de cigarrillos, tome esto lo ayudara con su deseo, y en 1 mes haremos controles.
Mientras entraba a mi casa con las pastillas en mi mano, mis hijos estaban alli distraidos cenando sin percatarse de mi presencia. Ya eran adolescentes grandes que nunca fueron muy pegados a mi, al fin al cabo toda mi vida solo hize mas que trabajar, solo trabajar. Jamás los vi crecer ni disfrute nada de ellos. ¿Eran mis hijos? Eran identicos a mi, pero no sabia si deberia llamarme su padre...
No lo merecia, lo unico que podia darles era dinero, mientras su madre a él lo adoraban, darian su vida por él. No podia decir lo mismo de mi.
Jamás oi un te quiero de ellos, jamás se lo dije a ellos personalmente cada que llegaba dormían.
Me sente en la mesa, y sus caras se posaron en mi. —¿Qué raro papá tan temprano?
—Renuncie...
—¿Qué?. —Sus ojos se posaron en mi, todos aunque no lo demostrasen me odiaban.
Yo les pagaba todo; estudio, gastos, ropa, ect. Todo, y de la noche a la mañana los deje sin nada.
—Pero ¿Cómo que renunciaste?.
—Ya no aguanto más, la vida se me pasa ante los ojos, y no he podido disfrutarla.
—Sí, pero de que vas a vivir, ahora en adelante nosotros podemos conseguir un trabajo, nuestra madre tiene su herencia, pero tu de que vas a vivir. Necesitas conseguirte un trabajo urgente.
Yo ya no oi nada, necesitaba descargar mi frustación.
Necesitaba vaciar mi malestar.
Por lo que mire a mi esposo, mi omega. —Quiero que tengamos un bebé, quiero tener un bebé, quiero cuidarlo, jugar con él, verlo crecer. Hagamos un bebé.
—Yo no quiero mas hijos, no pienso parir ma..
—Embarázame, quiero que me hagas un hijo...
Todo se silencio por completo.
Mis hijos, mi esposo todos me miraron sorprendidos hasta que luego el reproche llegar.
—Efectivamente, estas demente perdiste la cabeza. Oyete las estupideces que dices, ahora mismo te llevo a un psiquiatra...
Continuara...