Decidiendo que eso era lo mejor, Dove dejó su casa para aventurarse a pasar dos días enteros con Callum en una casa alejada del ruido de la ciudad. Dove decidió no pensarlo más, o se arrepentiría. Callum la esperaba y no podía cancelarlo. Lo mejor era dejar que todo fluyera, pero siguiendo una regla, la única que decidió mantener: ir lento. Nada de aventarse sobre él como esa primera noche, ni permitir que las hormonas ganaran. Callum era un hombre lo bastante sexi como para alterarla, y estando solos era más un castigo que una bendición, pero se forzaría a mantener esa regla hasta que considerara conocer un poco más a Callum. Tomando un taxi, llegó hasta el lugar donde se reunirían. Dexter contrató un autobús para llevarlos a todos y que el viaje fuese más agradable con el ruido de las v