Shady estaba volcando el resto de la botella de vino en el jardín trasero de su casa. En una llamada de emergencia, se comunicó con Quiana y Dove para una reunión de emergencia. Shady estaba al borde del colapso. Ella estaba tan segura de su decisión que jamás la cuestionó, sin embargo, después de la última visita de Aiden, pensó las cosas y eso le provocó un cúmulo de preguntas sin respuesta. Ella no quería atarse a un niño como él, pero la forma en la que Aiden la hacía sentir, sobrepasaba su cordura. Ella querría que él saliera de su vida, pero después de eso, dudó. —¿No se supone que lo habías dejado? —preguntó Dove. —Sí. —Shady movió la cabeza hacia atrás cuando terminó de volcar el vino en su boca y dejó la copa en su mano—. ¡Me odio! Quiana miró a Dove. Tal como los muchachos en