Después de celebrar el recital de Linsey en su heladería favorita, nos vinimos directamente a la mansión. Linsey se quedó dormida en el auto, así que Damián la lleva en sus brazos a la habitación de ella mientras lo sigo. Al llegar Damián la acuesta con cuidado sobre la cama y yo la cubro con las sábanas para después darle un beso en la frente. Damián hace lo mismo y luego ambos salimos de la habitación. En cuanto él cerró la puerta nuestras miradas se cruzaron. Podía sentirlo, sé que él por alguna razón estaba tan nervioso como yo. El silencio era abrumador, no sabía que decir o que debía hacer y él parecía tener el mismo conflicto. —Señorita King... —Señor Damián... Dijimos los dos al mismo tiempo. —Usted primero —me pidió. —Bueno, solo le quería dar las gracias por ir al recita