Adalberto está sentado en medio de la sala cerca de una enorme ventana y al escuchar los pasos que se acercan a él giró su rostro y vio a la joven que lo miraba con sorpresa y en silencio.
—Hola, ¿cómo estás? — dijo ella con una sonrisa en su rostro y sus ojos miel brillaron de alegría al poder saludarlo.
—Bastante bien — le respondió también él con una sonrisa en su rostro. Él llevaba días sin poder verla y eso lo tenía de mal humor — no te había vuelto a ver.
— Lo que pasa es que he tenido cierto problema al que le estoy huyendo— dijo mirando alrededor para ver si encontramos a la persona que ella estaba buscando ¿está solo?
La miró a los ojos y comprendió que Aurelio la había enviado a buscarlo a la sala como habían quedado, pero no le dijo que en realidad era a él a quien ella ib
