Águila Gorda

462 Words
Una semana después... —Entonces si le doy eso se pondrá caliente, como actor por...—Luhan no terminó de hablar ya que su "querido esposo" entró con cara de pocos amigos a su oficina, así que como si hubiera visto al mismísimo demonio, el c***o guardó rápidamente su móvil. Minseok frunció el ceño ante el acto porque, en definitiva, por más que sea un matrimonio falso, él nunca de los nunca y mucho menos por Luhan, quedaría como un cornudo.— ¿Por qué lo guardaste? —Porque quise.— Luhan respondió desinteresado volviendo a sus asuntos. —¿Con quién hablabas?—el más bajo se inclinó más cerca del "oxigenado". —Con...—Luhan alzó la mirada y lo miró fijamente a los ojos.— N.A.D.I.E.— pronunció cada una de las letras con lentitud riéndose al ver la desencajada expresión de aquel bollo. —Mira "manicito".—Minseok se enderezó. —¡No la tengo pequeña!—Luhan golpeó su escritorio levantándose indignado. El bollo se encogió de hombros y cruzó sus brazos.— Sólo te lo advierto Luhan, me entero que me estás siendo "infiel" y te la cortó. El c***o no podía creer lo que escuchaba, lo miró aturdido porque...— jajaja ¿Estás celoso? —Sueñas.— dijo aquello antes de inclinarse sobre la mesa para encararlo.— lo único que te diré es que no quedaré como un pendejo frente a toda la sociedad de Gangnam. Luhan rodó los ojos y se dejó caer en su silla.— Si lo hago o no, es asunto mío, "esposito".— sonrió por su tan sarcástica última palabra.— De todas maneras, ¿A qué debo tu visita?— Minseok respiró profundo para no maltratarlo, aunque la palma de su mano le picara. —La abuela quiere que vayamos a ver a nuestros padres. —¿Por qué no me llamó personalmente?— ladeó la cabeza curioso. —Es que...¡Cómo se supone que lo sepa!— dicho eso el mayor se dio media vuelta y dirigió sus pasos a la salida de la oficina cerrando fuertemente la puerta tras suyo. Luhan ni se inmutó por su actitud porque de igual forma ya está acostumbrado, en su lugar, rápidamente sacó su móvil y volvió a marcar el número de su amigo.— Listo, águila gorda ya se fue. —¿Le dices águila gorda a tu sexy esposo? —¿Por qué, tienes algún problema con eso?— Luhan alzó sus piernas para dejarlas sobre su escritorio. —No, sólo era curiosidad. —Ya, ya, a lo que íbamos, ¿Cómo se llama eso? —Tan solo pídelo en la farmacia como viagra y listo. —Genial.— el ciervo colgó la llamada y sonrió maliciosamente.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD