—Claro que sí, sabía que querías algo de tarta hoy. —sacude su cabeza, orgulloso. —Bienvenida otra vez a mi hermosa morada, hice algunas remodelaciones, ¿qué te parece?
—Wao…—Táo impresionado observa el interior del castillo.
—¿Te gusta? —el viejo pregunta entusiasta. —¿Se ve estupendo? ¿Verdad?
Táo mira a Duscha que alza su ceja expectante y solo asiente en respuesta.
—Excelente, no hablas mucho, pero me agradas. —suspira y mira su reloj. —Vamos, ya la mesa del patio debes estar lista.
Siguen su travesía hasta llegar al patio, si es que aquel lugar tan hermoso y de los libros de fantasía que le Lukyan, es digno de llamarse “Patio”. Llegan a una hermosa mesa con puesto para 10 personas, adornado con bellas flores y atestado de postres en la mesa, delicados y deliciosos. Táo, emocio
