AHORA NO PODRÁS ESCAPAR DE MI, DULZURA 1 INCLÍNATE HACIA MÍ En la cafetería de Perros y Gatos en tus manos, Táo, acariciaba fascinado a cada animal del lugar, en especial a los perros gordos, que ante los ojos de Petya, que observaba con horror, estaban en peligro de morir a causa de un infarto por el colesterol. Pero valía la pena traer al chico a este lugar y verlo disfrutarlo, después del disgusto que le hizo pasar. Observando a los empleados, uno de ellos le hace seña para que suba al segundo piso, pues ahí se encontraba el lugar reservado para ella y Táo. El joven no tenía la menor idea, pues si de negocios le hablan con eso se quedará hasta el final si no le explican la verdadera situación. —Táo, debemos subir al segundo piso. —¿Mhmm? De acuerdo. —deja al cachorro en la g