—Deja de fingir que no lo sabes.
—¿Crees de verdad que estoy haciéndote algo? —suspira y practica el buen sentar. —Ese muchacho es el único que puede ayudarte ahora, Duscha, sus capacidades intelectuales superan a la media y podría decir que te llevaras bien con.
—¿Bien, dices? —ríe a carcajadas y camina de un lado a otro hablando consigo mismo. —¡Por Dios! Ese maldito mocos es un malcriado.
—Ay, pero miren quién habla. —burlón la observa de arriba abajo. —Qué descarada eres, además, eso no es cierto, la única malcriada aquí, eres tú.
Señala con calma a la joven y acto seguido revuelve su plato de Butajiru o sopa con carne de cerdo y vegetales. Disfruta de una buena cuchara y ración de carne, antes de que el plato salga volando a su costado por manos de la irritable Petya Ivanov. Tal
