Antes de volver con mamá salgo un poco de la terraza, para que me dé el gélido frescor de la noche. Los pinos parecen sombras altas que quisieran llegar a la luna. Camino un poco por los bordes de la terraza hasta que distingo que Nacho se levanta y yo intuyo que pretende acercarse a Sugey.
Lejos de darme rabia, veo esto como una oportunidad. Con la música ochentera sonando, rodeo toda la terraza sin que me vean, por la parte de atrás, a fin de llegar a donde está mamá por el otro lado. Mamá oye ruidos fuera de la terraza, sin saber que soy yo, escondido detrás del pino más cerca de la columna donde ella sigue haciendo quesadillas.
Entonces veo desde la oscuridad que Nacho finalmente se decide acercarse a ella, cuando verifica que no hay moros en la costa. Camina lentamente y le llega po
