— Se siente muy bien tener los deditos adentro – dijo mi madre – pero estaba pensando que tal vez debería probar con algo más grande. — ¿Algo como qué? – pregunté — No sé – mientras hablaba llevaba su colita hacia atrás y sentí cómo mi glande se deslizaba hacia adentro en su suave culito – quisiera estar segura de si ya puedo practicar sexo anal sin miedo – continuó retrocediendo, la cabeza del pene ya estaba completamente adentro y seguía avanzando – tal vez lo mejor sea probar con una v***a bien dura y grande, que me lo abra todo – hablaba como si se refiriera a otra persona y eso me calentaba más todavía, mi m*****o ya se había metido hasta la mitad en su culito, que se sentía bien calentito y apretado – saber si me dolería tenerla metida toda adentro – la v***a entraba más y más hast