— No, para nada. Siempre fui muy calentona. Me re mojé mientras mi papá me tocaba. Yo quería saber hasta dónde podía llegar la cosa y me acosté sobre las piernas de mi viejo. Tenía la v***a re dura, hasta le podía ver los pelitos porque el short se le encarpó bastante. En eso él me mete un dedo debajo de la bombacha y me la toca toda. Yo estaba re caliente, llegó un momento en que no me importó nada, prefería que mi vieja me matara antes de quedarme con las ganas. Despacito le fui metiendo la mano al short hasta que saqué la v***a. Nadie dijo nada. Entonces me mandé, empecé a chupársela, fue la primera vez que chupé una v***a. — ¿No será que por eso hacés tantos petes? – de repente me salió el psicólogo de adentro, Freud se haría millonario con mi familia – como si quisieras que esos p***