Mamá está completamente desnuda. Ha flexionado sus rodillas y ahora está abierta de piernas para mí, apoyándose con sus manos detrás de su espalda y sus pies arriba de la encimera. Ella está completamente expuesta, puedo ver sus dos gordos e hinchados labios rosados encharcados por sus flujos y un poco de la humedad de la leche que vertió sobre su cuerpo, con una raja entreabierta separándolos uno del otro. Y con forme elevo mis ojos, veo dos enormísimas tetas lechosas cayendo pesados en su pecho, coronadas por sus deliciosos pezones y areolas. Y ya no puedo contenerme más. Me saco el bóxer como puedo y me empiezo a masturbar, al mismo tiempo que me inclino y llevo la boca a la entrepierna de mi madre, donde le doy unas riquísimas chupadas de concha. —¡Haaaaahhhh! —grita ella, retorcié