El epitafio en la tumba de Caedwalla escrito por Crispus, Arzobispo de Milán dice: “Ato estadista, de gran riqueza, con descendencia, un reino poderoso, triunfos, botines, caciques, fortalezas, el campamento fue su hogar; cualquiera sea el valor de sus padres, todo lo ganó el mismo, Caedwalla, fuerte en la guerra dejó todo por amor a Dios, para que como rey peregrino pudiera completar el trono de Pedro y como Pedro recibir las aguas puras de la fuente de vida, y en tragos brillantes bebía el brillante resplandor de la gloria vivificante que fluye a través del mundo. Y aun cuando ganó con alma ansiosa el premio de una nueva vida, dejó a un lado la rabia bárbara y cambiando de corazón, cambió su nombre con alegría. Sergius el Papa le pidió que se llamara Pedro, él mismo su padre, cuando se