Capítulo 2

1703 Words
POV de Jo-anne Esta no fue la primera vez que sucedió frente a los demás. No tenía idea de por qué pasaba, y no había un patrón en absoluto. Aunque generalmente era algo que ocurría temprano en la mañana o a altas horas de la noche, sus escalofríos podían llegar en cualquier momento del día o de la noche. Lo había experimentado a todas horas del día y de la noche. El viaje fue afortunadamente sin incidentes. Un escalofrío, pareció ser suficiente esta mañana, la puerta estaba cerrada como de costumbre. Estacionó el auto y recibió una mirada muy sorprendida del guardia de turno, que en realidad había sido uno de los que estuvo aquí el día en que ella se fue, que había detenido su auto para que no se fuera, se dio cuenta, escuchó cuando ella rechazó formalmente a West. —¿Jo-anne? —preguntó él. —Sí —respondió a su pregunta—. El Alfa Damien solicitó que viniera. Por favor, abre la puerta. —Por supuesto Lu... Jo-anne —tartamudeó con sus palabras, casi la llamó Luna, se dio cuenta. Las puertas se abrieron y ella pasó conduciendo. Parecía que no había cambiado mucho en 10 años. Estacionó su auto en el estacionamiento de la manada destinado a visitantes, al costado de la casa de la manada. T.J. ya bajaba las escaleras de la entrada de la casa de la manada hacia el lugar, sonriendo directamente hacia ella. Dios, había crecido mucho y vaya, una cabeza llena de rastas bien recogidas. Saltó del auto y sonrió hacia él.  —T.J. —él la levantó limpiamente del suelo y la abrazó fuertemente, ella lo abrazó de vuelta—. Has crecido mucho —se rió. —Eres un regalo para los ojos adoloridos, Jo-Jo —se rió de vuelta y luego la soltó—. Ahora déjame mirarte. Jo-anne se dio la vuelta para él y sonrió cuando él le hizo un gesto para que se diera la vuelta una vez más. Lo hizo y él volvió a reírse.  —Eres mi buena chica. —No soy más una niña —ella lo provocó. —Puedo verlo. También resultaste hermosa —él alcanzó y le dio un toque en su larga melena castaño canela con un dedo—. Te déjaste crecer el cabello también. Te queda bien. —Gracias. —Oye, ¿qué es eso? —frunció el ceño, inclinó un poco la cabeza hacia la izquierda, agarró un puñado de su cabello y le inclinó la cabeza para mirar el lado derecho de su cuello. —Oh, mi tatuaje —ella sonrió hacia él. —Arruinó tu hermosa piel —frunció el ceño hacia ella ahora. —Es arte. Lo diseñé yo misma. Es Clova. —Hmm —finalmente soltó su cabello—. Quizás no quieras que West vea eso, Jo-Jo, no le gustará. —¿Por qué le importaría siquiera? —frunció el ceño hacia T.J. Encogió los hombros.  —El hombre no es fanático de los tatuajes, eso es todo. —Ese es su problema, no el mío. No es como si fuera a mirar de todos modos —encogió los hombros. —Hmm... El Alfa Damien dijo que te llevara directamente a su oficina. —De acuerdo —asintió. T.J. volvió a colocar su cabello para cubrir su cuello y luego la miró fijamente.  —West está ahí dentro, Jo-Jo —la miró por un momento. —No importa qué esté ahí, T.J., está bien —le dijo. —Tiene a una chica en su brazo. Solo pensé que te gustaría saberlo —le respondió. Pudo ver preocupación en sus ojos gris claro. —Eso está bien, T.J. Me alegra que él esté feliz y haya encontrado a su compañera —sonrió, realmente estaba feliz por él. —Por aquí, entonces —asintió. —Espera —se volvió hacia su auto y sacó el regalo que había comprado para West. Después de todo, era su cumpleaños. No podía venir con las manos vacías. Vio a T.J. levantar una ceja hacia ella, pero no dijo nada. La llevaron a la oficina del Alfa. El Alfa Damien estaba sentado detrás de su escritorio en su silla, la miró sonriente y ella lo saludó con una sonrisa.  —Alfa. —Me alegra verte de nuevo, Jo-anne. ¿Qué tienes ahí? —preguntó él. —Un regalo de cumpleaños para West —le dijo, aún sonriendo. Sus ojos se movieron hacia el hombre en cuestión, Westley Carlton, con 1,98 en altura, en comparación con 1.77 de altura, completamente mucho más alto que ella. Por supuesto, lo miró, su ex compañero, que estaba parado a la derecha del escritorio de su padre. Sus ojos verdes oscuros estaban fijos en los suyos grises, él llevaba unos pantalones grises oscuros y una camisa clara de botones, le quedaban bien. No había una sonrisa en su rostro, parecía impasible, pensó ella. Sonrió hacia él, con una sonrisa genuina. —Hola West —habían pasado 10 años desde que lo había visto o hablado con él. Él no dijo ni una palabra, pero ella se acercó—. Feliz cumpleaños —le extendió el regalo que había comprado para él. Sus ojos se movieron hacia el obsequio, pero no lo tomó.  Tal vez no estaba contento de que ella estuviera aquí, Jo-anne lo pensó. Colocó el regalo junto al escritorio de su padre.  —Lo dejaré aquí para ti. Si no lo quieres, está bien, puedes tirarlo —sus ojos se movieron hacia la hermosa mujer que lo acompañaba en su brazo. Sonrió hacia ella y extendió su mano—. Un gusto conocerte, soy Jo-anne. —Hola, soy Miranda —ella sonrió de vuelta. Parecía muy amigable. —Ese es un nombre bonito —se estrecharon la mano. Jo-anne dio un paso atrás y los miró como pareja. Finalmente había encontrado a su compañera y era una belleza.  —Ustedes dos se ven realmente bien juntos. Me encantaría tomar algunas fotos de ustedes —ofreció. Tenía su cámara en su maleta, nunca salía sin ella. —Oh, eso me encantaría. West cariño, ¿qué opinas? —Miranda dirigió su rostro sonriente hacia él, ella era más de una cabeza más baja que él, se veía realmente bien, como si él fuera su protector. Sin embargo, West no dijo nada, pero esa expresión impasible se transformó en un ceño fruncido. Guau, no había cambiado mucho. Aunque su corte de pelo era nuevo, tenía los dos lados de su cabeza rapados y su oscuro cabello rubio estaba peinado hacia atrás con gel. Un nuevo look. A ella le gustaba, le quedaba bien, pensó distraídamente, lo hacía ver más imponente como un Alfa, pensó. —Bueno, avísame, Miranda —sonrió a la mujer que todavía lo miraba con ojos esperanzados. Volvió a mirarlo—. Felicitaciones, West, por encontrar a tu compañera —y realmente lo decía en serio. Aunque debió haber ocurrido algo muy reciente, la chica aún no estaba marcada por él—. Alfa Damien, ¿me querías ver? —volvió su atención a su Alfa. —Solo para asegurarme de que llegaste —declaró él—. Puedes irte. T.J. te mostrará una habitación mientras estés aquí. —Gracias, Alfa —hizo una ligera reverencia, se giró hacia T.J y le sonrió a él—. Entonces, ¿dónde me pondrás? —lo provocó mientras salían de la oficina. Él carraspeó. —No lo digas de esa manera, Jo-Jo —cerró la puerta después de echar un vistazo adentro—. Primer piso, sin balcón —comentó. Suspiró, habían pasado 10 años.  —Sabes que vivo en el tercer piso con un balcón, en Seattle, ¿verdad? —Órdenes del Alfa —murmuró él. Jo-anne encogió los hombros.  —Entonces, T.J. ¿qué hay en Maxi"s esta noche? Él rió. —¿Quieres ir a bailar? —Sí, y ponerme al día con mis amigos, solo estoy aquí por la ceremonia y luego me voy a Corea. —¿Qué? Desde cuándo, el Alfa no ha dado permiso para eso —la miraba fijamente ahora. —Sí, lo ha dado. Conseguí un contrato de 2 años con él. T.J. frunció el ceño mirándola mientras subían las escaleras.  —Oh, te refieres al Alfa Damien entonces. —Él es el Alfa —ella rió—. Quién creíste... Oh —se dio cuenta de que él estaba hablando de West. —Hmm, dudo que West esté de acuerdo con ese contrato. —No depende de él, T.J. —afirmó, y no era el contrato, era con su Alfa y ese era Damien, el padre de West. No podía anularlo—. Entonces, ¿vas a salir esta noche también? ¿Te apuntas a bailar? Él se rió mirándola. —Suenas como la de siempre... sabes, antes. —Lo sé, todo bien aquí, te lo aseguro. T.J. la abrazó.  —Me alegra, de verdad estaba preocupado por ti, Jo-Jo. —No te preocupes, ya estoy bien. Lo prometo —ella sonrió hacia arriba. Asintió y luego la miró directamente, de verdad la miró.  —¡Clova está contigo! —exclamó, sonando sorprendido. —Sí —asintió—. ¿Bailamos? —Seguro, te paso a buscar a las 9 —le abrió la puerta y la guió a su habitación, una habitación sencilla para los lobos visitantes. 1 cama, 1 baño y un cómodo sofá para sentarse. Eso era todo. Tenía vista al camino que llevaba a los terrenos de entrenamiento, pero eso era prácticamente todo. Utilizó la conexión mental para contactar a algunos de sus antiguos amigos del instituto y organizar una comida con ellos, y luego una cena. También descubrió que algunos de ellos querían ir a Maxi"s esa noche. Excelente, todo estaba encajando, era como volver a ser adolescente, aunque se sorprendieron un poco al saber que había regresado a la manada, todos parecían felices y dispuestos a salir y socializar. En realidad, se sentía bien estar en casa. Quizás cuando regresara en dos años, todo estaría bien. Tal vez solo echaría un vistazo y vería dónde sería un buen lugar para su estudio de arte, mientras estuviera aquí.
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