Capítulo 36

1400 Words
Lena —Para qué buscar si puedo crear —me recordé a mi misma golpeándome suavemente en la cabeza. Me encontraba sumida en mis pensamientos, tratando de idear el atuendo perfecto para la fiesta, cuando un golpe en la puerta rompió mi concentración. —Ahora no es un buen momento, Nate... —murmuré, pero al abrir la puerta, me di cuenta de mi error. No era Nate quien estaba allí, sino Seraphina, sosteniendo una bolsa entre nosotras con una expresión llena de alegría. —Te traje ropa nueva —anunció con entusiasmo, y su voz resonó en la habitación como un rayo de luz en la oscuridad. Tomé la bolsa entre mis manos, sintiendo la tela suave y fresca bajo mis dedos. Seraphina siempre tenía un don para entender mis necesidades, incluso cuando yo misma no podía expresarlas. Era como si pudiera leer mi mente y anticiparse a lo que necesitaba en cada momento. —Gracias, Sera —susurré, mirándola con gratitud. Su amistad era un tesoro que no podía subestimar. Dejé la bolsa en la cama y Seraphina empezó a sacar los vestidos, uno tras otro, como si estuviera desplegando un arcoíris de seda y encaje. Cada uno era más hermoso que el anterior, con cortes sensuales y colores vibrantes que llamaban mi atención. —¡Vamos, Lena! ¡Pruébatelos todos! —exclamó, con los ojos brillantes de emoción mientras sostenía un vestido rojo pasión en sus manos. Asentí con una sonrisa y empecé a probarme los vestidos, sintiendo la suave tela acariciar mi piel mientras me miraba en el espejo. El rojo era llamativo y provocativo, el verde esmeralda me hacía sentir como una diosa de la naturaleza, y el negro... bueno, el n***o siempre tenía un lugar especial en mi corazón. —Este es fabuloso, Lena. Te hace ver como una reina —dijo Seraphina, admirando el vestido n***o que llevaba puesto. —Gracias, Sera. Pero creo que quiero probar el azul —respondí, señalando un vestido azul zafiro que había capturado mi atención desde el principio. Seraphina asintió con entusiasmo y me ayudó a deslizar el vestido sobre mi cuerpo. Al mirarme en el espejo, quedé impresionada por la forma en que el azul realzaba mis ojos y resaltaba mi piel. Era como si el vestido hubiera sido diseñado especialmente para mí. —¡Es perfecto! —exclamó Seraphina, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Asentí, sintiendo una oleada de confianza recorrerme mientras me admiraba en el espejo. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía lista para enfrentar la noche con la cabeza en alto y el corazón abierto a las posibilidades que el futuro tenía reservado. Sera y yo salimos de la habitación después de arreglarnos, con una sensación de anticipación palpable en el aire. Al mismo tiempo que salíamos también lo hacía Nate de su habitación. Su mirada se clavó en mí, y por un momento, todo pareció detenerse a nuestro alrededor. —Un minuto, Sera —le pidió Nate a mi amiga, quien asintió con comprensión. Sera me dio una mirada de complicidad y una sonrisa antes de continuar su camino hacia las escaleras. Me quedé parada frente a Nate, sintiendo la tensión entre nosotros como una corriente eléctrica. Nate me miró con intensidad, y noté un destello de admiración en sus ojos. —Lena, estás hermosa —dijo con sinceridad, y sentí cómo el rubor ascendía por mis mejillas. Antes de que pudiera responder, Nate se acercó lentamente y me rodeó con sus brazos. Mi corazón latía con fuerza mientras sentía su calor cerca de mí. Lentamente, inclinó su cabeza y me besó con delicadeza, como si cada movimiento fuera cuidadosamente calculado. En ese preciso momento, cuando me sentía flotar en el éxtasis de su caricia, la puerta de la habitación de Nate se abrió de golpe. Ravenna salió, su rostro una máscara de sorpresa. Se apoyó en el marco de la puerta con una actitud desafiante, sus uñas rojas resaltaban contra la madera. —¿Segundo plato, Nate? —susurró, su voz goteaba con sarcasmo. Nate se tensó ante su presencia, sus ojos destellaban con una mezcla de ira y frustración mientras la miraba. —Ravenna —respondió él con un tono amenazante, su voz resonando en el pasillo como un trueno distante. —No es lo que parece, princesa... Mis músculos se contrajeron involuntariamente ante el intercambio de miradas entre ellos. La tensión en el aire era como una cuerda tensa, lista para romperse en cualquier momento. —Entonces, explícame... —exigí entre dientes, mi voz apenas un susurro cargado de furia contenida. Ravenna sonrió con suficiencia, como si estuviera disfrutando del caos que había sembrado. —Es un secreto... —dijo llevándose un dedo a los labios, arrojando leña al fuego, su sonrisa desafiante como un guante lanzado al suelo. Una sensación de traición me envolvió, pesada y fría como una manta mojada. Me separé lentamente de Nate, sintiendo cómo el mundo a mi alrededor se tambaleaba. —Nate... —susurré, mi voz apenas un eco de la tormenta de emociones que rugía en mi interior. Nate me miró con desesperación, sus ojos suplicantes rogándome que lo entendiera. —Confía en mí, no pasa nada con ella... —dijo, su voz temblando con la carga de lo no dicho. Con el corazón pesado como una piedra, me di la vuelta y me alejé, dejando atrás el torbellino de emociones que me amenazaba con ahogarme. Seraphina me miró con preocupación mientras salíamos de la casa, sus ojos destellaban con una luz comprensiva. —¿Estás bien, Lena? —preguntó, su voz llena de preocupación. Intenté forzar una sonrisa, pero sabía que mi expresión delataba la tormenta de emociones que estaba experimentando. —Sí, estoy bien —respondí con voz entrecortada, intentando sonar convincente. Pero Seraphina no se dejó engañar fácilmente. —¿Estás segura? —insistió, su mirada penetrante buscando la verdad en lo más profundo de mis ojos. Suspiré, rendida ante su persistencia. —No del todo... —confesé, bajando la mirada hacia mis manos que temblaban ligeramente. Seraphina asintió comprensivamente y colocó una mano reconfortante en mi hombro. —Tengo un hechizo que puede ayudarte a bajar el estrés, ¿quieres probarlo? —ofreció, su voz suave como un bálsamo para mi alma atribulada. Una risa escapó de mis labios, una mezcla de incredulidad y gratitud ante la oferta de mi amiga. —Gracias, Sera, pero creo que simplemente necesito salir y divertirme un poco —respondí, dejando que una pequeña chispa de esperanza se encendiera en mi interior. Asentimos una a la otra, compartiendo un momento de entendimiento silencioso, antes de dirigirnos juntas hacia la fiesta que nos esperaba en la ciudad. La música retumbaba en la discoteca, envolviéndonos en una atmósfera vibrante y llena de energía. Seraphina y yo nos unimos a la multitud en la pista de baile, dejándonos llevar por el ritmo pulsante que llenaba el lugar. A lo lejos, divisamos a Marco, Elias y Julián, bailando y riendo entre ellos. Busqué instintivamente a Nate, pero no lo vi por ninguna parte. Tampoco encontré a Ravenna, lo que no me sorprendió demasiado después de nuestro encuentro tenso más temprano. De repente, una voz familiar se filtró entre el estruendo de la música, y me di cuenta de que era la amiga de Ravenna, que estaba bailando cerca de nosotros con otra chica. Hablaba en voz alta, como si quisiera asegurarse de que todos escucháramos sus palabras. —Oh, parece que Ravenna está ocupada en el baño con Nate —dijo, con una sonrisa burlona en los labios. Mi corazón se hundió en mi pecho mientras las palabras resonaban en mi mente. Traté de mantener la compostura, pero la sensación de traición y dolor amenazaba con desbordarse dentro de mí. Traté de mantener la calma ante las palabras de la amiga de Ravenna, pero el impulso de confrontar la situación me abrumaba. Sin decir una palabra, me alejé de la pista de baile y me dirigí hacia el baño, ignorando a Seraphina que intentaba detenerme. Una vez dentro, el sonido ensordecedor de la música se desvaneció luego de cerrar la puerta del baño, reemplazado por el zumbido de mis propios pensamientos y los sonidos de besos húmedos y jadeos desenfrenados. Al entrar en uno de los cubículos, me encontré con una escena que me dejó sin aliento. Nate y Ravenna estaban allí.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD