-¡Detente!-Gritó nuevamente Gloria, y pese a que ella también traía puestos unos tacones se movía con bastante rapidez, inevitablemente atraíamos las miradas de todo aquel que nos rodeara. Tuve la idea de correr hacia el balcón central ahí podría ver a mi chico.
Sentí chocar contra una pared ya que me hizo perder el equilibrio, no tenía tiempo de disculparme y solo me quedo mirar a la persona responsable de que me detuviera, por unos segundos volví la mirada atrás, donde Gloria ahora portaba una sonrisa de victoria. La sangre se me congeló al imaginar que quien estaba frente mío podría ser uno de los guardias de seguridad.
-Rebecca creí haberte dicho que no te apartaras de mí.-Aquella voz logró que todos mis miedos se perdieran casi por completo, la mujer que se encargó de intimidarme la primera vez llegó con toda la calma del mundo y sonrió.-¿Qué está pasando?-Preguntó mirándome con enojo.-
-Y-yo...ella…-Las palabras no me salían, pareciera que perdí el habla ante la fría mirada que me estaba dando Dominic.-
¿Por qué esta sensación ya la había sentido antes?
-Señor Spencer que bueno que la detuvo.-Dominic me sostuvo de mi brazo, manteniéndome cerca de él.-Esta vulgar ladrona se ha colado en la fiesta, ha difamado su nombre al decir que viene con usted y como si no fuera poco comenta que ese collar es un regalo de su parte.-Dominic apretó un poco su agarre haciéndome jadear.-
-¿Ladrona?-Preguntó al tiempo que una sonrisa ladeada surcaba en su rostro.-
-Así es, esta chica ya se ha presentado una vez en su empresa queriendo el trabajo de recepcionista. Sin embargo desconozco el como logro entrar aquí.-Ella se cruzó de brazos, mirándome con el mayor odio con el que jamás alguien me ha mirado.-
-Será mejor que corrijas tus palabras, Gloria.-Tanto ella como yo miramos sorprendida a Dominic.-Ella no ha mentido en nada, viene conmigo. No es una vulgar ladrona, es mi novia.-Si pudiera enmarcar las expresiones de las personas, la única que hubiera podido tener es la de Gloria en estos momentos.-
-¿Esta mujer es su novia? ¿Pero el collar que trae?-Su expresión de sorpresa cambio en cuestión de segundos.-
-Le he dado un regalo especial, y va a laborar con nosotros a partir del lunes.-Dominic dejó de sostenerme por el brazo, me apego a él sosteniéndome de la cintura. Con su brazo libre mostró el brazalete de cuero n***o que hacia juego con el collar en terciopelo que traía puesto.-
-¿Esa vulgar mujer…-Dominic la cortó de inmediato.-
-Una palabra más y puedes considerarte un mes suspendida.-Amenazó Dominic con mirada fría e imperturbable.
-Si señor…-Gloria solo se dedico enviarme dagas a través de su mirada para luego solo darse la vuelta y desaparecer entre la multitud que, expectante nos veía.-
-Vayámonos de aquí.-Fue lo único que salió de los labios de Dominic, aun bajo la atenta mirada de todos salimos de ese lugar lleno de personas.
La noche se mostraba bastante larga.
Hacia la menos unos 10 minutos en los cuales solo caminábamos por el gran lugar, me dolían los pies quería descansar aunque Dominic no tenía intención alguna de detenerse. Se mantenía callado, serio, su expresión era de enojo. Quizás el hecho de suspender a su secretaria le enojaba, posiblemente también fue mi culpa.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta el momento que Dominic se detuvo haciendo que chocara contra su hombro, sus ojos tenían un brillo molesto y me aparté casi de inmediato, arreglando mis ropas. No le miraba, no quería hacerlo odiaba antes el que sin razón alguna estuviera molesto y ahora que éramos pareja, lo odiaba aún más.
-¿Por qué no te quedaste conmigo? ¿al menos donde pudiese verte?-Pregunto en un bajo murmullo, estaba enojado.-
-Quería...ir al baño, eso es todo.-Respondí susurrando aún sabiendo que iba a escucharme.-
-Debiste decirlo desde un principio.-Suspiro con fuerza.-De todos modos pudo ser peligroso, hay personas detestables aquí.-Pese a que no lo miraba, sabia que tenia una expresión de incredulidad en mi rostro.-
-¿Por qué sería peligroso? Es decir, estamos en una fiesta donde personas con mucho dinero se pasean planeando hacer una recaudación. ¿Exactamente cual es el peligro?-Volví a preguntar, queriendo saber la razón del porqué una simple fiesta era peligrosa, la mano de Dominic sostuvo mi mandíbula, haciendo que lo mirara. Su mirada azulada era como un abismo del cual por más que tratara era difícil escapar.
-Donde hay dinero siempre está el peligro. Mañana la prensa hablará de lo que vio esta noche.-Soltó un gruñido, su agarre se fue apretando lentamente, no me dolía pero sí me molestaba.-Salgamos de aquí, pronto llegarán.-Murmuró soltándome.-
-¿Llegaran? ¿Quienes?-Dominic estaba actuando de manera extraña. Sin embargo él no me respondió y solo nos hizo salir del gran lugar, por más que le llamaba para que me dijera de quien o que se trataba nada salía de la boca de Dominic, era difícil hacerlo hablar y todos mis intentos fueron en vano.
Estando en la limosina desde la lejanía se escuchaba el festejo de las personas dentro. La actividad principal estaba empezando y nosotros ya nos estábamos yendo a casa. Me preguntaba si aquella chica Megan también volvió posiblemente con el tiempo pueda saberlo. Mire de reojo a Dominic quien estaba al otro extremo del vehículo, callado, distante. Con postura recta y brazos cruzados tenia la mirada puesta en la ventana de cristal n***o.
Para la llega a casa fue casi lo mismo él se había adelantado a la habitación y cerrando esta algo me decía que me tocara dormir en la habitación de invitados, Wanda no se encontraba así que me tocaba deshacerme del vestido yo sola. Cerré la puerta a mis espaldas, deslizándome lentamente al piso. ¿Dominic me aplicaba la ley del hielo? ¿de verdad estaba enojado conmigo por aquello? y un sinnúmero de preguntas más rondaban por mi cabeza. No podía llorar por algo como eso, le daría su espacio y cuando él estuviera dispuesto a hablar yo también lo haría. Dormir sola sin su calor, solo hizo que diera vueltas toda la noche. Siempre dormir sola no fue un problema, recientemente tampoco era uno hacerlo. y ahora -siendo la primera vez que dormía sin Dominic a mi lado.- el sueño parecía no estar de mi lado.
Temprano en la mañana todos y cada uno de los canales de noticias tenían una primicia de primera plana.
“Banda de rufianes asaltan el 12vo evento de Recaudaciones anoche en el centro de la ciudad.”
(...)
El lunes llegó y Dominic seguía sin dirigirme la palabra ¿acaso no podía ver cuánto lo echaba de menos?, todos mis intentos de hablarle o si quiera sacarle plática fueron en vano. Temprano en la mañana él salió antes que yo y ni siquiera se despidió. Supongo que solo debería darle su espacio.
-Y él no ve que estás enloqueciendo lentamente sin su presencia.-Murmuró mi conciencia mientras me vestía para el trabajo, tomando la misma ropa que use cuando estuve aquí, suspire terminando de cambiarme, decido dejar mi cabello suelto pocas veces lo hacia pero ahora tenía ganas de hacerlo, ya no estaré de aquí para allá todo el día, estaré sentada dando instrucciones a los clientes y todo aquel que necesite mi ayuda.
Para cuando tuve que salir, Steve uno de los choferes de Dominic me avisó que tendría que llevarme de ahora en adelante a cualquier lugar que quiera ir, mencionó que posiblemente Dominic debía irse más temprano o salir más tarde. Eso me hizo pensar que tal vez no me estaba evitando en ese sentido, sin embargo con lo demás era más que obvio que si lo estaba haciendo.
Me dediqué a mirar el camino, no tenía ganas de utilizar el teléfono, me sentía frustrada completamente, no era justo que él estuviera enojado, no había hecho nada malo más que tener ganas de ir al baño. Tampoco contaba que aquellas mujeres lograron hacer enojar a Dominic. Y aunque pareciera que aquel fatídico acto de asalto tomó la atención de todo el mundo, los periódicos más importantes comentaban sobre “La misteriosa chica que acompañaba al único heredero de los Spencers” ser reconocida como la amante sin nombre no era algo a lo que yo quisiera responder.
Pero suponía que era la carga que debía llevar si estaba con Dominic, no era solo un simple hombre, no solo tenía una cantidad de dinero. No, era el único heredero y dueño multimillonario de una de las empresas más solicitadas y reconocidas del país, estaba tan sumida en mis pensamientos que no había notado que llegamos, afortunadamente Steve me avisó que lo hicimos, bajó del auto y abrió la puerta dejando salir. Mis ojos se concentraron en el enorme edificio forrado de espejos, y resople. Primer día y sentía que mis piernas temblaban con fuerza.
Agradecí a Steve quien solo se despidió con un gesto de cabeza, sostuve las correas del bolso que traía en mi hombros, ingresando por las puertas los de seguridad saludaron mostrándose amables, no recibía malas miradas ni tampoco murmullos a mis espaldas, nada. Mis ojos se enfocaron en el lugar que ocuparía, una elegante chica de cabellos rizados y marrones me sonrió con amabilidad.
-Tu debes ser Rebecca Park.-Asentí.-Mi nombre es Melody, estoy aquí para explicarte todo. El señor Spencer se encargó personalmente de decirme lo que tenías que hacer.-Suspire, Dominic.-Ese de ahí es tu lugar, dentro se encuentra tu equipo, computadora portátil, documentos, teléfono y pases. Eres quien se encarga de avisar quien entra y quien sale de aquí, con los números de ahí podrás avisar a todos, especialmente te vas a contactar con los y las secretarías de cada torre. -Me explicó, era sencillo entenderlo.-El primer número que está ahí.-Señaló una hoja del pulcro escritorio blanco.-Es el número de la secretaria del señor Spencer, La señora Coleman. Pero ella no estará por una semana, es extraño dado que jamás falta pero tiene un reemplazo temporal.-Mi cuerpo tembló, yo sabía exactamente qué sucedió para que esa mujer no este aquí.-
-De acuerdo, lo he entendido.-Respondí con bastante calma, Melody sonrió e hizo un gesto con la cabeza.-
-Entonces puedo dejarte hacer tu trabajo, si necesitas algo cualquier cosa no dudes en preguntar.-Hablo sin apartar la sonrisa que traía.-Bienvenida a Dominic Empires.-Sin decir más se alejó desapareciendo entre los pasillos. Era una chica muy amable o tal vez solo lo hacía porque era su trabajo, sea lo que sea. Me alegraba que siendo mi primer día la estuviera pasando bien.
Al paso de las horas y justamente como me indico Melody hacia mi trabajo, orientaba a las personas, les daba pases y hacía llamadas para consultar con los encargados de las demás torres. La hora del almuerzo llegó y Melody me invitó a ir con ella. Extrañamente estaba sola, me comentó que debido a su trabajo no tenía tiempo de siquiera conversar con alguien y se sintió bien poder pasar el tiempo con alguien. Teníamos pocas cosas en común y aun así me alegro bastante de conversar con ella.
El recuerdo de Anne apareció y las ganas de llorar también. Negué con la cabeza no sabía que tuvo que suceder para que ella empezara a actuar extraño y dejara de hablarme. La echaba de menos, la necesitaba, quería a mi amiga conmigo. Pero no podía hacer nada.
Trate de no pensar en cosas tristes que me distrajeran del trabajo -Dominic también era una de ellas.- Por lo que, al regresar a mi puesto mantuve la cabeza fría. Siempre que no llegaba nadie a una hora en específica podía darme el lujo de ver cosas por línea. La idea de buscar un lugar para vivir llegó y traté de apartar esos pensamientos de mi cabeza, no podía hacerle eso a Dominic, él me había dado empleo y techo.
Empezaba a desesperarme.
La hora de la salida dejé todo en orden, todo el día no recibí noticias de Dominic, solo me quedaba suspirar con fuerza. Quería refugiarme en sus brazos y que me felicitara por mi buen trabajo. Aleje ese sueño y solo pude tomar mis cosas para irme a casa, Steve puntual como siempre me saludo, abrió la puerta y nos dirigimos a casa. Le envié un mensaje a Dominic avisando que ya me iría, pero ni siquiera parecía que le llegan mis mensajes, alejé el teléfono hacia algún lado de la parte trasera del auto. Llegar a casa fue tan silencioso como siempre, los nervios y la paranoia me tenían bastante inquieta.
¿Y si me termina solo por eso? desde el sábado que no me dirige la palabra, he hecho de todo para que arreglemos esto de una vez por todas, y todo termina en fracaso inmediato. Llegar a casa era tan solitario como todo. Mis pies me llevaron directamente hasta la habitación que ahora utilizaba para dormir. Caí sobre la cama e inmediatamente cerré los ojos dejándome llevar por morfeo al mundo de los sueños, el sentimiento de melancolía era uno que jamas me gusto sentir pero ahora era bastante imposible no sentirlo, me frustraba con eso todas las inseguridades me atacaban.
Al despertar me di cuenta de que la noche había llegado lo bastante rápido también, mis ojos fueron hacia el reloj digital de la mesita al lado de la cama, 4:34 de la madrugada. Me di cuenta de que la ropa que traía del trabajo no estaba, llevaba puesta una pijama y estaba tapada hasta el cuello con las sábanas de la cama. No recuerdo que hiciera nada de eso a menos que sea sonámbula, extendí mi mano hacia la lámpara al lado del reloj digital, la luz iluminó débilmente la habitación, miré hacia todos lados, las cortinas habían sido cerradas, mi ropa de trabajo estaba en su puesto junto a los zapatos. Mis manos subieron a mi cabello el cual estaba trenzado.
A mi mente solo pudo llegar el nombre de Dominic, y con ello mi corazón latió con bastante fuerza sumado con la vergüenza. Me había desvestido completamente, quizá estaba tan dormida que ni siquiera sentí el movimiento, con las sábanas en manos las subía hasta mi cuello nuevamente. Mordí mi labio con ligera fuerza y frustrada intenté dormirme nuevamente, pero sería algo imposible debido a todo lo que estaba pasando. No lo entendió, no quería hablarme y sin embargo hacía un lindo gesto por mi. Quería levantarme e ir a verle, dormir a su lado y que me abrazara sentir el calor tan tranquilizante que solo él podía darme.
-Maldita sea, Dominic…-Murmure, cerré los ojos. Tenía que volver a dormir dentro de unas horas debía volver a trabajar.
Para mi suerte, la mañana llegó sin ninguna novedad o problema al bajar a la cocina me topé con una señora de mediana edad pero lo bastante joven para moverse, Angela se llamaba la señora. Desde ahora en adelante se encargaría de que me tomara el desayuno de manera completa todos los días, y las ganas de preguntarle si Dominic también lo hacía me llegaron mas no pregunte.
-Que no te extrañe si tiene a alguien que le lleva el desayuno al trabajo.-Murmuró mi conciencia, tenía razón. Seguramente como el salia mucho mas temprano que yo, al llegar al trabajo alguien debía esperarlo con todo lo que requiera al empezar la mañana.-
Justo como la mañana del día anterior Steve me dejó en la puerta de la empresa, debía acostumbrarme a la idea de que de verdad estaba trabajando aquí, sin malas miradas o murmuro todos saludaban con leves sonrisas o asentimientos de cabeza, quizás era puro compromiso del empleo. Pero yo también les sonreí y trataba con amabilidad, me tope con Melody quien feliz me comentaba sobre ir a probar un nuevo menú agregado. Aparentemente la idea de probar un pastel completamente de chocolate le hacía babear y bueno, a mi también.
Cheque el calendario encima de mi escritorio, en dos semanas llegará un día festivo significaba que podía pasar el fin de semana lejos de casa, el recuerdo de mis abuelos llegó a mi mente. Desde que me mudé a la ciudad hace cinco años no sabía nada de ellos, no quería molestarlos con dinero o algo por el estilo, por eso callé muchas cosas. Sonreí de costado al imaginar cómo reaccionaría al conocer a Dominic, pero la sonrisa solo estuvo conmigo unos pocos segundos. A ciencia cierta no sabía si mi relación había acabado.
Bien podría ausentarme unos momentos e ir a la oficina de Dominic, mas recordé que yo estaba en el piso 1 y él se encontraba en el piso 69. Podría seguir así todo el día y de no ser porque Melody llegó para distraerme seguramente mi plan de ir hasta el último piso ya estaría siendo llevado a cabo.
-¿Llevas mucho tiempo aquí?-Pregunte a Melody quien encantada devoraba un pedazo de pastel de chocolate, al lado tenía vaso de leche, yo opte por comer un pedazo de lasaña.-
-Oh si si, ya tengo cuatro años.-Comentó limpiando sus labios con una servilleta.-Al principio estaba muy intimidada por todo, sin embargo te acostumbras a todo, al horario esas cosas. Solo debes mantener todo en orden cuando el señor Spencer junto a la señora Coleman bajan a hacer el protocolo de la empresa.-Comentó, la mire sin entender.-
-¿Protocolo?-Pregunté, no sabía de aquello supongo era normal, era nueva en todo el sentido de la palabra. Melody me miró extrañada aparentemente yo debía saberlo.-
-”Cada primer día de cada mes se debe realizar el estricto protocolo de limpieza, aspecto y concentración, cada oficina o escritorio debe estar en perfecto estado limpio, ordenado y arreglado, la vestimenta debe mantenerse en buenas condiciones presentables, las empleadas deben vestir con falda o pantalones, tacones, camisas blancas, grises o azules de manga corta o larga, sacos aunque es opcional, los empleados deben de venir con trajes impecables en los colores n***o, gris o azul rey junto a una apariencia perfecta tanto en la ropa como en el rostro. Cada empleado será estudiado con un examen para mantenerse concentrado en su puesto y que la empresa esté yendo en excelentes condiciones, bueno no es algo que queramos alcanzar.”-Narro Melody y me parecía increíble saber esto, puesto que solo era una mínima parte de lo que era realmente, las diferencia entre empleados estaban prohibidas puesto que la armonía era algo que sin dudas era esencial.-
-Son muchas reglas, y esa señora Coleman suena como alguien lo bastante estricta.-Murmure acabando de comer, pronto llegará la hora de volver. Melody asintió.
-No sabes hasta dónde es capaz de llegar, es la mano derecha del señor Spencer, todo lo que él sabe ella lo sabe también. Y cuando él debe hacer largos viajes de negocios ella se vuelve sus ojos y presencia en toda la empresa.-Dominic solía hacer viajes de negocios, bueno era comprensible era el jefe.
-Será mejor volver al trabajo.-Melody asintió sin decir nada y ahora que me daba cuenta incluso el comedor de este lugar tenía la apariencia de ser un caro restaurante, algunos se dividieron por grupos o según Melody todo era por torres, los de la torre o sección 2 eran lo que se encargaban de papeleo pesado, los de la sección 5 de las finanzas, marketing, tecnologías y aquellos que debían responsabilizarse por una gran cantidad de empleados, los que daban información y servicio al cliente -mi caso.- luego estaban los que contestaban los teléfonos ya sea para asuntos internacionales o comerciales. Sin duda una empresa enorme que se encargaba de dar empleo a un gran número de personas.
Le comentaba a Melody sobre que haría el siguiente fin de semana el cual seria un día festivo lo que significaba que afortunadamente el lunes no seria día laboral, ella me comentaba que que saldría a divertirse, y mientras yo me preguntaba qué haría para ese momento aun estaba indecisa con la situación con Dominic, era mi novio y ni siquiera podía ir a verle estando fuera o dentro de casa.
Absorta en mis pensamientos la bandeja que llevaba con lo que una vez fue mi almuerzo callo de mis manos, Melody estaba tan sorprendida como yo, delante de nosotros un hombre lo bastante guapo como para ser modelo acompañado de una despampanante pelinegra -la cual me veía con malos ojos.- se encontraban sin saber qué decir.
-Lo lamento.-Me disculpo agachándome y tomando la bandeja que segundos antes se encontraba en el suelo. Todos parecían haberse quedado en silencio puesto que suponía no era normal escuchar este tipo de alboroto, bajo sus miradas recogí la bandeja, luego todos volvieron a lo suyo-
-Mas te vale que no le haya quedado mancha alguna a mi blusa de seda.-Amenazó la pelinegra con mala mirada y sin decir nada más avanzó y chocando con mi hombro a propósito. El chico delante nuestro solo pudo negar con la cabeza.-
-Lamento el inconveniente, generalmente ella no es así.-Él se disculpó colocando su mano por unos segundo en mi hombro, justamente donde la chica aquella había chocado conmigo, el se fue tras de ella.-
-Creo que tenía prisa.-Me encogí de hombros, Melody solo soltó un resoplido.-
-Bueno ella siempre es así de grosera.-Me comento.-
-¿Quiénes son?-Pregunte mientras retomamos nuestro camino.-
-Katherine Adams y Marcos Ditren, son del sector 5 manejan las finanzas y en mi opinión ella está ahí por mera suerte, quizás por el hecho de que es amiga de la señora Coleman y bueno él es bastante listo.-Murmuró a mi lado, pronto llegaríamos al pasillo donde nos dividimos puesto que Melody tenía que ir a un área diferente a la mía. Mi lugar era donde todos llegaban, la recepción.
(...)
Desde que tenía las dos semanas laborando en “Dominic Empires” me había acostumbrado bastante al modelo de trabajo y el volver a tener un ritmo de vida movido era mejor que estar sumida en una ardua búsqueda de empleo o casa. Muchas de las personas que llegaban me saludan con sonrisas amables, -todos haciendo una excepción con Katherine.- desde ese día creo que era imposible que le cayera bien sumando a la señora Coleman quien me espero en mi puesto de trabajo para darme el sermón -más bien amenaza.-de mi vida.
-Si lo arruinas algo así sea la cosa más insignificante tendrás graves problemas. No importa que te acuestes con el señor Spencer, aquí eres una empleada mas.-Murmuró y sin decir nada más con pasos seguros desapareció de mi vista.
El día parecía empezar de maravilla haciendo énfasis en el sarcasmo, la semana pasada Dominic tuvo que salir por negocios fuera del estado volviendo el fin de semana en la noche, obviamente seguía sin dirigirme la palabra, recordaría por mucho tiempo que hacerlo enojar no era buena idea -aunque que no fuera mi culpa.- Le dejó dicho a Angela que hiciera de comer todo lo que quisiera, y dejó dicho a Steve que podía llevarme también. Melody me convenció de ir a cenar algunas veces de esa semana, pareció impresionarse demasiado al ver que alguien nos llevaban a donde quisiéramos. Al principio imagino que era un taxi pero luego supo que no era así.
Omite el preguntar y fue algo que agradeció, al menos la noticia de ser una amante sin nombre para el heredero directo de los Spencer fue algo olvidable, pero algunas personas dispuestas a lo que sea por saber más, no paraban. Algunas veces saliendo al trabajo un auto sin registrar se mantenía en el mismo lugar, no se movía o algo por el estilo. Lo sabía porque, en las noticias sobre famosos el auto donde me llevaba Streve salía en algunas portadas, agradecía profundamente que jamás lograban capturar mi rostro.
“Misteriosa chica suele salir de la residencia del codiciado heredero Spencer.”
Para la llegada de Dominic sí que estaba decidida a hablar con él, tenía pensado ir a casa de mis abuelos y junto a ello poder hablar con él.
-Quizás es demasiado orgulloso para venir por sí solo a hablarme.-Pensé en voz baja, justo así pasó una jornada de intenso trabajo hasta oscurecer, Angela me recibió con la cena lista, y se retiró tan rápido que no pude darle las gracias, en el silencioso comedor me encontraba. Una vez acabado lave mi plato en la cocina de desmesurado tamaño. Decidí esperar a Dominic quien debía ya estar de camino hacia acá.
Si debía esperar dos horas no me importaba, escuchar la puerta fue signo de que él ya había llegado pese a que los nervios me invaden y me convencí para llenarme de valor. Su mirada de sorpresa duró unos segundos al verme esperando, luego con expresión neutra me escaneo de los pies a la cabeza. Sentí mi cuerpo temblar, quería hablar pero me fue difícil no titubear al respecto.
-Puedes hacerlo, esto debe acabar aquí.-Animo mi conciencia. Suspiré con fuerza y mirándolo directamente sus penetrantes ojos azules proseguí.
-Debemos hablar, Dominic.-Levantó una ceja por segundos. Supongo que era señal para que continuara.-Han pasado ya tres semanas desde que no me diriges la palabra y ni siquiera fue mi culpa lo que sucedió en esa fiesta.-Me explique, Dominic se movió y empezó a caminar hacia algún lugar del departamento pero no me quedaría sin decir nada.-Por favor, fue culpa de esas mujeres el hacer ese alboroto fui directamente a buscarte…
-Pudiste avisarme directamente.-Finalmente contestó.-Para ese tipo de eventos los invitados especiales cuentan con un baño privado.-Me dijo.-
-No lo sabia, yo…-Me corto.-
-No lo sabias debido a que no me dijiste nada.-Se quitó el saco y aflojó su corbata, pasó una mano por su cabello quitando el aspecto tan pulcro y limpio ahora se mostraba más rebelde.-Viste que fue peligroso una banda de idiotas se apareció con armas dispuestos a matar a quien sea con tal de tener dinero.-Soltó un gruñido.-
Era cierto que aquella banda de asaltantes surgió de la nada logrando causar pánico, según cuentan los medios afortunadamente nadie salió herido gracias a que la policía intervino justo a tiempo. Sin embargo nosotros salimos mucho antes de que todo sucediera, pero no encontraba explicación a como él lo supo antes de que sucediera.
-Aun así…¿Por qué me ignoras? ¿acaso no ves que...que me duele?-Pese a que no quería mirando, lo hice de todos modos, si estaba jugando alguna clase de juego perverso de no decir nada me estaba cansando y quería que parara ya, escuche el resoplido de Dominic.-
.Estas muy ocupada coqueteando con todo el que pasa por tu lado.-Dominic volvió sus manos puños y yo solo pude verle con expresión extrañada.-Si no es así ¿por qué sonríes a todo el que te hable?-Volvió a preguntar.-
-¿Qué?-Pregunte sin entender nada.-Desconozco de lo que estas hablando.-Él volvió a gruñir.-
-Claro que lo haces a todo el idiota que pasa por ahí en recepción le sonríes y he escuchado el noto que usas.-Explotó, Lo mire ofendida, ¿realmente estaba molesto porque estaba cumpliendo con mi trabajo?.-
-¡Estoy dando un buen maldito servicio al cliente!-Grité mirando la sorpresa en los ojos de Dominic.-¡No por eso debes ser un imbécil!-Si, aquello había salido de mis labios, y resoplando con enojo no podía creer que estuviera así solo porque cumplía con algo tan simple como mi trabajo. No dije una sola palabra quizás murmurando por lo bajo. Cruzada de brazos le deje solo en la sala.