La constante voz de alguien llamándome me provocaba dolor de cabeza, solo quería que parara para lograr descansar sin embargo la voz insistió junto al movimiento constante de mi hombro. Me esforcé por abrir los ojos y lo primero que puedo ver es estar en una barra, mi brazo estaba sobre aquella barra en color oro brillante, estaba incómodamente dormida ahí y sentada en un banquillo. La cabeza me dio vueltas y todo se veía distorsionado. -Levántate ya.-Escuche a aquella molesta voz y solo pude hacer el esfuerzo que varias veces resultó fallido.-Debemos irnos.-Volvió a hablar, finalmente logré sentarme decentemente. Lo que veo a continuación es el rostro de un Dominic molesto y fastidiado. Que curioso, recuerdo haberlo mandado a la mierda hace no mucho. Mi boca está cerca y me siento un