Miré el edificio que se encuentra delante mío, y creo que estoy temblando por el miedo que me invade siento duda al deber entrar pero Félix pone sus manos en mis hombros en señal de apoyo y cierro los ojos. Me animo las veces que sean necesarias cuando me encuentro más animada para hacerlo, entramos finalmente a la estación de policías, la cual por dentro tiene una fiscalía. Félix mencionó que hacerlo por donde residía él, era buena idea. Así se le pondría al tanto de todo, bien podría hacerle pagar una fianza o incluso dejarlo en arresto domiciliario. Pese a que tenía una especie de mal presentimiento en mi pecho que me decía que no lo hiciera no podía hacerle caso. -Todo estará bien ¿de acuerdo? estamos contigo, Rebeca.-Me anima Félix con una pequeña sonrisa.- -Así no quieras entrar lo