Me encuentro trabajando como de costumbre, desde hace rato hay un chico que me mira como si quisiera matarme pero no le pongo mente
Sigo atendiendo las mesas hasta que termina mi turno, me suelto la coleta alta que andaba y me dispongo a cambiarme el uniforme por mi muda de ropa
Mi cabello rojo cae por mi trasero pues lo tengo muy largo me llega por debajo de mi cola
Cuando estoy lista salgo
Pero en el camino algo me intercepta o más bien alguien, es el mismo chico con pinta de mafioso que me estaba mirando en el bar ....
- Quien eres tu- le digo al hombre que parece mafioso con esos tatuajes
- ¿Yo?, no importo, dime cuál es tu nombre- dice este demandante
- No te diré nada déjame tranquila- le digo
El me acorrala contra la pared del bar mientras me habla muy cerca del oído
- Escúchame muy bien, dejaras de trabajar en este horrible lugar me entendiste- dice ordenando
Y este quien se cree para mandarme
- Y tu quien te crees mi dueño, tu no eres nadie que tengas pinta de mafioso no te hace uno, así que deja de molestarme y vete- le digo intentando salir de su agarre
- Harás lo que te dije o si no atente a las consecuencias- dice el mirándome fijamente con esos ojos tan brillantes como la plata
- Pues no lo haré, así que quítate y déjame en paz- le digo saliendo de su agarre
- Ya lo veremos cachorrita, ya lo veremos, serás mia tarde o temprano- dice antes de irse
Suelto el aire que estaba conteniendo a pesar de todo está guapo el condenado
En fin talvez sea un loco que se escapó del manicomio
En fin continuo mi camino sin saber que me estaba metiendo en un mundo muy peligroso del que no podré salir no porque no pueda si no porque no quiero...