Estoy segura de haber encontrado mi sitio perfecto en el mundo, y es entre sus brazos. El sol golpea sobre nuestros cuerpos, pero son definitivamente sus besos los que me hacen arder — amo el aroma de tu piel — me dice al oído y besa mi hombro. — Y a mí me gustas todo tú... amo estar así contigo. — confieso y amarro mis brazos por encima de los suyos a la altura de mis pechos. — Bella... — me dice con ese acento que tanto me gusta y mordisquea mi lóbulo haciéndome sonreír. — ¿Qué? — pregunto incoherentemente. — ¿Por qué no dejamos todo el asunto de Raúl atrás? ¿Por qué no nos dedicamos a ser felices? Quisiera volver a casarme contigo... hacer planes juntos... — dice y besa mi cuello — me gustaría que pensáramos en la idea de tener un hijo... — comenta tomándome por sorpresa. — ¿Q