Como yegua salvaje.

564 Words
-Piensas que estaré para cumplir tus caprichos.... Estas muy equivocado.... ¡Ya salte dentro de mi!... ¡ no quiero un hijo tuyo, ya te lo dije no quiero estar embarazada! - Tan terca y decidida de su decisión y eso me gustaba de ella, me encantaba ese espíritu inquebrantable de su parte, mas ganas me daba por desvoronarla poco a poco, sería entretenido, me rei entre dientes mirándola desde arriba.-No, no va a ser así..... Yo decido tu futuro, ya deje en claro que soy tu marido y tu jefe.....Y si yo quiero que tú tengas un hijo mío, vas a tenerlo hasta que tu pélvis se rompa, te voy a tener en la casa y hasta te voy a hacer gritar a mí nombre cuando te tome- -¡¡Como te odio! ! .....¡¡ Ya salte a la chingada qué me das náuseas!!.... ¡¡No quiero tu maldita semilla dentro de mi!! -. Mas gracia me causo verla tratar de golpearme eso me excitaba más, que no se dejaba por nadie, como una yegua salvaje qué se tenía que domesticar y de eso yo me iba a encargar. -No, no vas a decidir nada, Y sí.... mi semilla queda dentro de ti, lo dejare y no te lo sacaré... lo dejare de tu útero para que pronto se desarrolle mi hijo por 9 meses- -¡¡Te voy a matar!!..... ¡¡Te voy a matar tarde o temprano!! - Pataleaba y refunfuñeaba de la furia tratando con sus pies en mi abdomen tumbarme lejos de la cama, tomé sus piernas y las puse en mis hombros, ella misma se entrego a una siguiente posición. -Oh... no vas a matar a nadie, vas a morir antes de lograr algún tipo de daño, vas a morir si sigues peleando contra mi..... Pero primero yo voy a tener ese hijo en tu vientre, voy a tener ese bebe... y va a ser la cosa más importante de tu vida, lo vas a odiar tanto como me odias a mi y lo vas a tener que proteger a pesar de lo mucho que lo odias - No la solté de sus muñecas y con mi otra mano libre la sostuve de su cadera empezando con embestidas bruscas y rápidas, verla quejarse del dolor y contenerlo mordiendo sus labios me satisfacía, su mirada cargada de odio y esa mirada suya de querer matarme en ese momento me puso caliente. - Oh... Mírame así... me gustas, con tus ojos de odio, tus ojos con instinto asesino son muy calientes y muy excitantes. La verdad eres como un animal en celo que quiere que lo tome por la fuerza y que no parare hasta que ya no pueda más- Me incline hasta su cuerpo, besandola, mordiendo su piel marcada por mi, volver a repasar lo que es mio por derecho y podía hacer lo que yo quisiera hasta que sentí su mordída en mi hombro, enterrado sus dientes en mi piel y carne, esa sensación de dolor qué recorría mi cuerpo más me excito y más me movía dentro de ella, hasta mi voz era de excitacion y sensual. - Eso..... Asi me gusta, me gustas mucho cuando me muerdes de esa manera tan fiera.....cuando me muerdes la parte de arriba del hombro y lo haces sangrar.... Oh... eso me excita mucho... continúa -
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