Al verla alejarse de mi, mi mirada se oscureció, no se por que quería tenerla abrazandola por mas tiempo pero lo que no me gusto es que estaba con leonard, no la quería ver cerca de nadie era mia, sujete con fuerza su brazo y la jale de vuelta adentro de la mansión, llevandola a la habitación a paso veloz, ella se quejaba y me insultaba a como quería pero no me detuve, en cuanto entramos a la habitación la lance a adentro y cerré la puerta con fuerza.
-¿¡cuantas veces te e dicho que eres mia!? .... No te quiero ver cerca de nadie.... ¿Que no entiendes? -
-Era tu amigo... Además no estábamos asiendo nada malo.... Solo conversabamos-
La sujete de los hombros y la pegue a la pered, mi lado posesivo y dominante salio a la luz.
-¡¡Eres mía joder!!.... Nadie tiene derecho a mirarte sin mi consentimiento , sino estoy junto a ti.... Nadie puede verte.... Nada, ni siquiera pensar en lo hermosa que eres... ¡Eres mía! ... ¡Mía maldita sea!-
La bese profundamente y con dominio, tenía que dejar en claro que era mia, que le quedara en claro que me pertenecía solo a mi, cada vez que tocaba su cuerpo y besaba sus labios la necesidad de hacerla mía recorrió cada fibra de mi ser, que no dudo en bajar mis manos hasta sus piernas y alzar su vestido para quitarle sus bragas.
-¡¡Ya suéltame maldito loco !! .... Ni se te ocurra tocarme por que no lo voy a permitir -
Le da una mirada de puro deseo, mis ojos ardían con un hambre primordial, como si fuera una necesidad urgente de liberar todo de mi en ella, tenía planes de embarazarla y si aun no estaba de eso me iba a encargar yo.
-Me subestimas, querida....Siempre obtengo lo que quiero y te quiero a ti..... Completamente puedes luchar, puedes negarlo, pero al final serás mía.....Te someterás voluntariamente a mis deseos. , anhela mi toque.... No sirve de nada luchar contra ello querida....Deja que suceda-
Bese su cuello mientras mis manos bajaban sus bragas lentamente, su delicioso piel era una maldita debilidad, hasta que sentí un empujó y una bofetada qué me hizo quedar consternado pero luego una furia se podero de mi y camine a uno de mis cajón y le apunte con el arma.
-¡¡Como te atreves a negarte qué te toque estúpida!? .... Eres mi mujer y tienes que obedecerme.... Con que derecho te atreves a bofetearme... -
No se movió y mucho menos asusto, ninguna pizca de emociones en su rostro más que de molestia ni siquiera un tembló en sus manos o piernas, ese era el tiempo de mujer que me fascinaba, que no me tuviera miedo para poder quebrantarla a mi antojo, sus ojos se pusieron rojos de la furia y unas lágrimas salieron de sus ojos, como no encontrarlo tan lindo, no pudo evitar burlarse de ella.
-Si vuelves a desobedecerme , no te podrás levantar de esa cama por días.... ¿Entendido? "-
-solo por que tu lo dices.... Ni que fueras el imbécil de padre o mi jefe..... No te tengo miedo -
Ese espíritu inquebrantable qué tenía, me gustaba, tan excitante y placentero qué no podían evitar admirar esa fiera dentro de ella.