La vida de Nikolay Kozlov acabó en el instante en que terminó la de su novia.
La culpa se ha apoderado de él, al haber sido el único responsable del aparatoso accidente que le arrebató la vida a su amada, ahora, se encuentra postrado en una silla de ruedas, negándose rotundamente a dejar ese aparato que se ha convertido en su zona de confort, sumido en una profunda depresión que lo lleva a intentar quitarse la vida cada vez que tiene la oportunidad.
Nikolay se ha convertido en una persona arrogante y amargada, encargándose de ahuyentar a cualquier cuidadora que su hermano Alek pone a su cargo.
Celeste Weber es considerada una mujer extrovertida, alegre, algo torpe, además de ser el tipo de persona que no tiene ningún filtro a la hora de hablar. Es terapeuta física, pero, a causas de la gran demanda laboral en su área, aún no consigue ejercer su profesión, así que se gana la vida como obrera en una fábrica de chocolates, lugar del que es despedida al cometer innumerables errores, siendo contratada, al mismo tiempo, para ser la nueva cuidadora de Nikolay, sin imaginar, que aquel trabajo, iba a convertirse en su tortura y reto personal.
Nikolay quiere deshacerse de Celeste, quien, con gran rapidez, se convierte en su dolor de cabeza, aquella chica que no deja de recordarle lo bonito que es vivir, cuando lo único que él desea es morir.
Un choque de caracteres que llega a convertirse en una guerra donde ambos tratarán de cumplir con sus objetivos: él, hacer que ella se canse y renuncie, ella, explotar esa burbuja de amargura en la que él se ha encerrado desde el instante en que perdió a su novia.
¿Logrará Celeste convertirse en la nueva esperanza de Nikolay?
O ¿Logrará Nikolay cumplir su objetivo al querer morir?