Greg se detuvo en el pasillo no tenía sentido que siguiera, sabía que yo lo estaba siguiendo, me miró como si se hubiera levantado a propósito para que yo viniera detrás de él, como si hubiera sido una trampa y yo caí de inmediato, primero vio mi vestido y subió hasta detenerse en mis ojos, entonces sonrió. –El azul siempre te quedo mejor que el rojo. –No te hagas el gracioso, Greg –rodé los ojos –. Veo que ya te fuiste a quejar con tu mami que te saque de la casa. –Tenía que quedarme en algún lugar. –Y no tardó ni un día en reclamarme, aprende a pelear tus propias batallas por una vez en tu vida y no envíes a tu mamá a defenderte, eso es muy fastidioso. –¿De qué estás hablando? No ha mencionado nada de eso en toda la noche. –Hoy no, pero sí habló delante de todos en un restaur