Noelia despertó con el timbre del teléfono, se enderezó y un poco mareada caminó hacia donde estaba su bolsa y lo sacó. En la pantalla vio el nombre de Roy.
— ¿Sí? — Contestó aún no dormida.
— ¡Hola Noe!— Escuchó su voz.
— ¿Qué hora es?— Dijo ella de tratando de buscar un reloj en la habitación.
— Si calculo bien, allá deben ser como las 8 de la mañana.
Noelia había dormido toda la noche reponiéndose un poco más del cambio de horario y si no hubiera sido por la llamada de Roy posiblemente se hubiera quedado dormida.
— ¿Te encuentras bien?
— Sí, sí, sólo es el jetlag, ya sabes.
— Sí, es horrible. Lo he vivido ¿estás lista para hoy?
— No — Dijo riendo — Nunca estoy lista. Sólo cuando estoy en el momento me da un pinchazo de valor y lo hago.
— Noelia siempre tan honesta — Escuchó
