Quedé agotada después de la celebración que le hicimos a Marcia y más que el resto del día tuvimos que jugar con todos los bambini, ya que querían estrenar sus regalos. Después de la hora de la cena, ellos se fueron a sus habitaciones y así mismo como Franco, Dante y yo, habíamos puesto toda la decoración en la casa, tuvimos que recogerla.
Bostezo cansada y me despido de Franco y Dante que se encuentran sentados en la salita, bebiendo una cervezas y hablando entretenidos, de algo que no presto atención.
—No se queden hasta tarde. Descansen —les digo al tiempo que sacudo mi mano en señal de despedida. Un nuevo bostezo se apodera de mí y ellos me miran sonrientes —sono assonnato (tengo sueño).
—Puedo notarlo —comenta Franco con esa característica sonrisa que me encanta.
—Mi scu
