Al día siguiente: 9 de octubre Abrir mis ojos y encontrarme con esta escultura de hombre en mi cama con tan solo una tímida sabana cubriéndole lo justo y necesario, me hace sonreír como una tonta y es que no puedo creer que me este atreviendo a hacer esto. Lo observo detenidamente y no puedo creer lo fuerte* que está. 《La verdad que tenes demasiada suerte, mira que quitarte el despecho con este pibe* es como ganarse la loteria》Pienso y me rio de mi misma mientras que me intento levantar de la cama, pero de repente sus manos me agarran de la cintura para jalarme haciendo que caiga junto a él. —¿Dónde te pensás que vas? — Me pregunta y antes de que me pueda defender, él me aprisiona debajo suyo en este colchón. —A ducharme, a desayunar… a empezar el día, ¿vos no tenes que laburar* o algo