Lo que parecía ser un recorrido tranquilo por el teatro, se convirtió en un juego de miradas con Neizan donde él intentaba descifrar lo que me ocurría y yo ocultarlo. Apenas el guía dio por finalizado el tour, yo salí corriendo de ese teatro con tal de no volvérmelo a cruzar. No quiero que exista más que la noche de anoche entre nosotros dos, no tengo ganas de crear un vinculo de ningún tipo con nadie y mucho menos tener que contarle porque estoy así de distante. Cruzo la avenida 9 de Julio en medio de está multitud y decido caminar hasta uno de los puntos más icónicos de esta ciudad mientras que en mi mente se pasan las imágenes de lo ocurrido anoche. Creí que había sido clara con él, lo de anoche fue un polvo y ya como le dicen acá. No hacen falta las palabras ni las miradas después de