Al día siguiente Esther abrió sus ojos y lo primero que vio fue el enorme cuerpo del rey a su lado. Él estaba durmiendo boca arriba, de una forma bastante relajada, con su rostro en dirección a la pelirroja quien, al verlo, no pudo evitar quedarse mas tiempo del necesario apreciando su rostro porque era la primera vez que no lo veía con el ceño fruncido, o con un gesto malhumorado, y todo porque parecía estar muy dormido. Es por ese motivo que la muchacha sin un ápice de temor, se dedicó a verlo con atención pensando: «El rey Zander es muy guapo, si tan solo se relajara un poco y no fuera amargado, quizás fuera todo un galán» piensa Esther con una mínima sonrisa. —¿Te vas a quedar toda la mañana viéndome? —murmura el rey aun con sus ojos cerrados, ocasionando que Esther emitiera un griti