Cuando lady Maya llegó al Salón de Estrategias, lo primero que hizo fue mirar hacia donde se encontraba el rey sentado en el centro de aquella extensa mesa. Cuando el resto de la corte real la vio, se levantaron de sus asientos a excepción del rey; aquel simple acto lo único que hizo fue aumentar la ansiedad de Maya, pero a pesar de todo respiró profundo entrando con un paso lento pero seguro a ese enorme salón, alternando su atención constantemente entre su tío y el rey. Entonces, en el momento que estaba cerca la joven le hizo una reverencia al rey diciendo:
—Su alteza, me complace verlo —dice lady Maya solo por ser diplomática, porque la realidad era que ni siquiera quería estar ahí.
Zander miró a la joven de pies a cabeza, y con un suspiro que denotaba fastidio, se levantó de su asie
