Surge la llama

Recordando el Pasado

Recuerdo los cálidos brazos de mi mamá y su dulce voz que me arrullaba cuando no podía dormir, recuerdo que ella guio mis pasos y me sostuvo para no caer, pero nadie me dijo que eso no siempre pasaría.

Soy Yeudiel y tengo tres hermanos, crecí en un pueblo, tranquilo en el cual corría, brincaba y gritaba, donde crecí fuerte y sin temores, con una vida tranquila y sin preocupaciones, pero igualmente nadie me dijo que eso también acabaría en un momento, en un abrir y cerrar de ojos.

Cuando iba en la primaria no era muy agraciada pero a pesar de eso nunca me sentí menos, pues mi mamá siempre me inculco que yo como mujer era la que elegía, que si alguien se metía conmigo que me regresara, que no vieran debilidad en mi y pues que se esperaba de alguien que no tuvo un apoyo para criar a sus 4 hijos, pero después de todo esas enseñanzas me sirvieron para levantarme a pesar de que el golpe allá dolido.

En primero de primaria fui muy tranquila, acomedida y empática con los demás, trataba de ser muy amable para recibir el mismo trato y en mi inocencia nunca imagine que a la larga eso cambiaria, el segundo año paso como un rayo de luz, el cual apenas me di cuenta que paso, pero el TERCER AÑO fue el año que marco mi vida y el recuerdo se encuentra tan presente en mi, como un dulce agrio. En ese año mi mamá conoció a una familia con la cual convivimos mucho, en esa familia conocí a Emmanuel con tan solo escuchar su nombre me eriza la piel, cuando lo vi por primera vez se detuvo el tiempo o tal vez solo se detuvo en mi mente y corazón, yo con piel pálida, labios rosados, cabellos lacios y negros, altura promedio, Yo Yeudiel había decidido y había escogido como mi mamá me había dicho.

Ese día no solo lo vi, lo observe, cabellos dorados con rizos, cara tallada y esculpida perfectamente por Dios, ojos color miel y cálidos como el sol, labios rojos carmesí. Esa fue la primera vez que mi corazón y mente anhelo algo, pero así como yo sentí ese dulce seguidamente llego el momento amargo.

RECUERDO ese día en la escuela, una compañera mas alta que yo y con mayor edad, camino hacia mi y tiro de mis cabellos hacia atrás, pude sentí como mi corazón latía a 1000 por hora, levantándome del asiento me susurro

 - Ahora si per#$ te enseñare quien manda 

Al escuchar esas palabras recordé que en mi mano sostenía una pluma y sin pensarlo lo empuje fuertemente hacia atrás levantando la mano para alcanzarla, pero lo que mas me dio escalofríos fue el grito que pego soltándome inmediatamente, volteé y la vi con cara de terror pues la pluma había llegado a su ojo, entonces sin temor me acerque a ella y con la cabeza bien en alto le dije:

- Ahora si ya sabes quien manda

Y me senté, todavía con las piernas temblando y el temor de ser expulsada espere a que llegara la maestra.

Cuando llego la maestra llevaron a mi compañera a la enfermería y nadie dijo nada mas ella dijo que había sido un accidente. De regreso a casa recordaba ese momento tan vivido en mi mente, mientras poco a poco algo cambiaba dentro de mi, me dije:

-Nunca, nadie me humillara como lo quisieron hacer hoy, de ahora en adelante levantare mi rostro y mi mirada lo demostrara y dirá que nadie puede pasar por encima de mi.