Habían ya pasado tres años, mi cuerpo, mi cara, mi forma de ser ya no era de aquella niña pequeña que lloro por perder su primer empleo o que se ilusionaba con cualquier imbécil que le hablara bonito, tenía muchos chicos detrás de mí, algunos feos, otros bonitos, unos con y otros sin plata, pero me daba igual, yo deje de buscar el amor, el día que José termino conmigo, ese día se creo la mayor puta del mundo. Todos los días yo me levantaba completamente desnuda, me iba a comer me sentaba desnuda en el salón a comer una taza de frutas con cereal y leche, siempre me aseguraba que todas las cortinas de mi casa estuvieran abiertas, para que todo el mundo me pueda ver desnuda y vaya que les gustaba ver. Tenia dos vecinos que siempre a la misma hora de la mañana se despertaban y se hacían como