No pudo resistir a acercarse de nuevo e invadir su espacio. Erian se vio sonriente cuando su corazón se agitó y dio un vuelco, y luego se instaló en un ritmo rápido una vez más. Vio sus ojos moviéndose nerviosamente de un lado a otro, su mirada deslizándose a lo lejos en el gran sofá de cuero en la sala de estar, y sonrió, su aroma ahora habia cambiado. Las feromonas saliendo de ella ahora eran una combinación aguda de miedo y el almizcle de un profundo deseo. Charlotte estaba nerviosa sin lugar a dudas, pero al mismo tiempo lo queria, lo deseaba.
—¿Quieres un poco de té? Estoy segura de que te haría bien —Charlotte balbuceo y sin esperar respuesta prácticamente huyó
Erian alzó las cejas cuando Charlotte de repente soltó esa declaración, entonces empezó a alejarse cada vez más. Inmediat
