Ella lo miró boquiabierta y luego desvió la mirada hacia su ataúd. Su anfitrión siguió la mirada, y su expresión se volvió ligeramente avergonzada. —Comprendo que dormir en un ataúd debe parecer extraño, pero me ayuda a pensar y relajarme de vez en cuando —Explicó él y agrego — Además, dormías en mi cama, no pensé que te gustaría que me uniera contigo Erian la miro solemne y a pesar de la situación Charlotte desvió la mirada sintiendo su cara empezar a calentarse, últimamente sonrojarse era algo demasiado fácil y natural para ella, casi tanto como respirar —Por supuesto que no —Se apresuro a decir sin atreverse a mirarlo a los ojos, después de lo que se habia imaginado en el baño… ¿Cómo podria sostenerle la mirada sin recordar que era el protagonistas de su fantasía s****l? Miró hacia