"Anhelos De Luna"

Capítulo 4. Encuentro Furtivo

Capítulo 4: El Encuentro Furtivo

El bosque estaba cubierto por una densa niebla cuando Luna se deslizó en la oscuridad, entre los árboles majestuosos. Había recibido un mensaje misterioso, uno que la llamaba a un encuentro furtivo. No podía resistirse a la atracción magnética que sentía hacia ese mensaje y decidió seguirlo, a pesar de las advertencias silenciosas de la manada.

Orion, preocupado por la seguridad de Luna, decidió seguirla en silencio, oculto entre las sombras. A medida que avanzaba, notó los destellos de luz de la luna llena filtrándose a través de las ramas, como si guiara su camino hacia el lugar del encuentro.

Finalmente, Luna emergió de la niebla y se encontró con una figura enigmática. Era un lobo de pelaje oscuro, con ojos brillantes que parecían guardar secretos profundos. Luna se detuvo, cautelosa pero intrigada.

"¿Quién eres?", preguntó Luna en voz baja, sintiendo una mezcla de curiosidad y precaución en su interior.

El lobo misterioso se acercó, su voz resonando con una mezcla de misterio y familiaridad. "Soy Zephyr, un lobo solitario que ha viajado por tierras lejanas. He oído hablar de tu conexión con Orion y del amor que comparten".

Luna se estremeció al escuchar su nombre y el de Orion en los labios del lobo desconocido. "¿Qué es lo que quieres de mí?", preguntó con cautela.

Zephyr se acercó aún más, sus ojos brillando con una intensidad inquietante. "He venido a advertirte, Luna. El amor que compartes con Orion es poderoso y único, pero también ha despertado los celos y la envidia de otros lobos".

Luna sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. "¿Quién podría estar celoso de nuestro amor? ¿Y qué amenaza representan?"

Zephyr suspiró, su mirada llena de pesar. "Hay lobos cuyos corazones están llenos de amargura y rencor. Están dispuestos a hacer cualquier cosa para destruir lo que has construido con Orion. Debes estar preparada para proteger lo que amas".

Luna sintió un nudo en su estómago, pero se negó a ceder ante el miedo. "No permitiré que nadie nos separe. Mi amor por Orion es más fuerte que cualquier enemigo que pueda surgir".

Zephyr asintió, admirando la determinación de Luna. "Eres valiente, Luna, y tienes razón. Pero recuerda, el peligro puede provenir de donde menos lo esperas. Mantén tus sentidos alerta y confía en tu instinto".

Mientras hablaban, Orion, oculto en las sombras, escuchaba cada palabra. Su corazón se llenó de preocupación y un sorprendente destello de celos. No podía soportar la idea de que alguien más se interpusiera entre él y Luna.

Decidió revelar su presencia, saliendo de las sombras y enfrentando a Zephyr. "¿Quién eres tú para advertir a Luna sobre nuestro amor?"

Zephyr se mantuvo calmado, sin dejarse intimidar por la presencia de Orion. "Soy un lobo que ha visto el poder del amor y la destrucción que puede causar la envidia. Mi intención no es separarlos, sino asegurarme de que estén preparados para cualquier desafío que se les presente".

Orion se dio cuenta de su error y bajó la guardia. "Lo siento, he actuado impulsivamente. Aprecio tu advertencia y prometo proteger a Luna con todo mi ser".

Zephyr asintió en señal de aprobación. "Eso es todo lo que puedo pedir. Ahora, debo partir. Pero recuerden, el amor es una fuerza poderosa. Confién en él y nunca lo dejen desvanecerse".

Con esas palabras, Zephyr desapareció en la niebla, dejando a Luna y Orion solos nuevamente. Ambos se miraron, una mezcla de pesar y renovado compromiso en sus ojos.

"Luna, comprendo ahora la importancia de proteger lo que tenemos", dijo Orion con seriedad. "Nunca permitiré que nada ni nadie nos separe. Juntos enfrentaremos cualquier desafío".

Luna asintió, sintiendo un renovado sentido de determinación. "Así es, Orion. Nuestro amor es fuerte y resistirá cualquier dificultad que se nos presente. Juntos, seremos invencibles".

Con su amor reafirmado y su determinación fortalecida, Luna y Orion regresaron al claro, donde la manada los esperaba con ansiedad. A medida que avanzaban hacia el futuro, sabían que habría desafíos en el camino, pero estaban decididos a enfrentarlos juntos.

El encuentro furtivo había dejado una profunda huella en ellos, recordándoles la importancia de proteger y nutrir su amor. Sabían que el peligro acechaba en la oscuridad, pero confiaban en la fuerza de su vínculo y en el apoyo inquebrantable de la manada.