Capítulo 15. El Intruso Extranjero
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Capítulo 15: El Intruso Extranjero
La noche era tranquila cuando la manada se reunía para descansar después de una larga jornada de exploración en busca de un nuevo territorio. Nova, todavía sumida en pensamientos sobre su amor prohibido con Wulf, estaba absorta en sus propios pensamientos mientras se acurrucaba junto a sus compañeros.
De repente, un aullido desconocido resonó en el aire, rompiendo el silencio nocturno. Los lobos se levantaron de un salto, alertas y listos para enfrentar cualquier amenaza. Pero el sonido no pertenecía a ninguno de ellos.
La manada se reunió rápidamente, liderada por Nova, mientras se dirigían hacia el origen del aullido. Pronto descubrieron a un lobo solitario, de pelaje oscuro y ojos penetrantes. Emitía un aura de ferocidad y desafío, que dejó a todos desconcertados.
Luna, con su sabiduría, se acercó al lobo solitario con cautela. Sus ojos se encontraron en un desafío silencioso, mientras ambos evaluaban la intención del otro. Finalmente, Luna habló con voz firme pero respetuosa: "¿Quién eres y por qué te atreves a irrumpir en nuestro territorio sin invitación?".
El lobo solitario, llamado Zephyr, respondió con un atisbo de arrogancia en su mirada. "Vengo de tierras lejanas en busca de un nuevo hogar. No busco problemas, solo un lugar donde establecerme".
La manada estaba dividida entre la desconfianza y la curiosidad por este intruso extranjero. A pesar de su aspecto amenazante, Zephyr parecía sincero en sus intenciones. Sin embargo, Nova se mantenía en alerta, consciente de que cualquier forastero podría suponer un riesgo para la estabilidad de la manada.
Luna habló nuevamente, esta vez en tono conciliador. "Entendemos tu necesidad de un hogar, pero debes entender que este territorio ya es habitado por nuestra manada. Si deseas quedarte, debemos establecer reglas y respeto mutuo".
Zephyr asintió, una chispa de respeto brillando en sus ojos. "Entiendo y respeto sus reglas. Estoy dispuesto a demostrar mi valía y contribuir de manera positiva a esta tierra".
A lo largo de los días siguientes, Zephyr cumplió su palabra y demostró ser un lobo leal y valioso para la manada. Su experiencia y conocimiento de tierras lejanas se volvieron invaluables mientras trabajaba junto a los otros lobos en la exploración de nuevas áreas y en la protección del territorio.
A pesar de la inicial desconfianza, Nova comenzó a ver el valor de Zephyr y su contribución a la manada. A medida que trabajaban juntos, se dieron cuenta de que todas las manadas compartían la misma lucha por la supervivencia y el deseo de encontrar un lugar al que llamar hogar. Aunque su relación era tensa y cautelosa al principio, comenzaron a construir lazos de respeto y confianza.
Con el tiempo, Nova y Zephyr discutieron sus experiencias y vivencias, revelándose el uno al otro sus anhelos y sueños. Nova compartió su amor prohibido con Wulf, mientras que Zephyr habló de su deseo de encontrar una manada donde encajar y sentirse aceptado. Su vulnerabilidad mutua y comprensión creó un lazo aún más fuerte entre ellos.
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