When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
—¿Cómo que te despreció?—le pregunto Lis a Rosa, quien parecía estar sumamente enfadada con el señor Dashwood. —El maldito dijo que no era bastante inteligente para tentarlo, porque mi belleza no era suficiente para hacerlo. —Te dijo estúpida—respondió Madame dejando sobre la mesa de la cocina el dinero que aquel hombre había dejado para Rosa. Era un fajo de billetes rojos que tenían la denominación más grande que hubiera visto en mi vida, la disculpa que un hombre como él podía ofrecerle a una mujer como ella—pero no te sientas mal, ese hombre era mucho para ti, al menos dejo esto. La perplejidad se adueñó de todos los presentes, de las flores que habían despertado temprano y de las cocineras que preparaban el desayuno. Incluso yo que no lograba despejar mi mente y tenían un enorme vac