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Al llegar a mi habitación, la señora Martha cerro con seguro y se sentó sobre la orilla de la cama, sin duda había sido una carrera hasta aquí y solo estando solas fue que me atreví a cuestionar su comportamiento hacia el asistente del amo y señor de esta casa. —¿Qué fue lo que paso allá abajo?— al mirar a la señora Martha a los ojos pude ver lo molesta que estaba con ese hombre y no sabía si contestaría a mi pregunta. —Emma— pronuncio después de un suspiro largo, si me decía algo seguro sería preocupante y con la expresión que tenía en el rostro, no era para menos— esta casa oculta muchos secretos, asegúrate jamás rondar por donde no debes. No comprendí absolutamente nada de lo que advertía, yo sabía perfectamente que no podía ir a ciertos lugares aquí. Esos lugares prohibidos de la ca