Al otro día me levante tarde y acomode el apartamento porque estaba un poco desordenado. Luego fui a comprar un vestido de cóctel largo y unos zapatos para esta noche. Me lo pase bien, aunque tuve hacerle miles de llamadas a Bianca para que me diera el visto bueno. Camine unas cuadras para comer en el restaurante argentino. Decido llamara a Bianca. porque si no le cuento lo que está pasando me volveré loca. Al segundo tono contesta. —No me digas que estas en nuestro restaurante… sonreí, me pillo de una vez. —Me siento sola, así que no tienes derecho a reclamarme. Suspiro derrotada y yo sonreí triunfante. —Suéltalo Cómo me conocía de bien. —No sé nada de él Bica, desde el jueves y siento que algo va a pasar. Me la podía imaginar poniendo los ojos en blanco. —Dices que soy la dramá